“El pipí me destruye”: el mensaje repelente de perros de las farolas de Almería

Llamada sobre el efecto corrosivo de las micciones caninas que han obligado a retirar más de cien luminarias

Almería gastará más del doble en mejorar la limpieza de sus calles: 193 millones

Un hombre pasea con su perro por delante de unas de las farolas donde el Ayuntamiento ha colocado estas banderolas.
Un hombre pasea con su perro por delante de unas de las farolas donde el Ayuntamiento ha colocado estas banderolas. / Marian León

“El pipí me destruye”. Es el mensaje claro y directo que desde hace unos días exhiben las farolas a los propietarios de los perros dentro de una nueva campaña de concienciación que, impulsada por el Ayuntamiento de la capital, pretende hacer llegar a la ciudadanía los efectos nocivos que las micciones caninas tienen sobre el mobiliario urbano. Especialmente, sobre los báculos de los puntos de luz hasta tal extremo que se ha llegado a retirar un centenar de luminarias ante el riesgo de fractura y la amenaza de desplomarse.

Les gusta levantar la pata y en sus paseos callejeros suele ser habitual este gesto territorial sobre las farolas, si bien las consecuencias a lo largo del tiempo que generan los orines de los perros sobre los soportes entrañan alto riesgo para la seguridad de las personas. El efecto de las micciones en los báculos es la corrosión y, desde la pasada legislatura, el Consistorio ha puesto en marcha iniciativas de triple acción al objeto de anular riesgos innecesarios, aumentar la vida útil del mobiliario y fomentar comportamientos cívicos entre los ciudadanos en aras, todo también, de contener gastos económicos como el soportado para la sustitución y reposición de las farolas dañadas.

No es una peculiaridad de Almería. De hecho, esta misma campaña ha sido desplegada en otros municipios con banderolas en sus luminarias como llama de atención a los dueños de los perros de Zaragoza o de los municipios de Cieza o Sant Feliu de Llobregat por citar algunos ejemplos.

La campaña busca sensibilizar en general a los dueños de mascotas sobre la importancia de recoger los excrementos y limpiar la orina para mantener las ciudades limpias y evitar daños al mobiliario urbano. Así, hay más mensajes en la otra cara de la banderolas que inciden en el civismo colectivo y la empatía en este sentido hacia las personas que usan sillas de ruedas con el fin de que sean más conscientes del impacto de sus acciones, tomen medidas para evitar que sus animales orinen en lugares inapropiados y lleven, como obliga la normativa municipal, agua con vinagre para la limpieza de las micciones y las correspondientes bolsitas para la retirada de los excrementos.

Otro mensaje solicitando civismo y empatía colectiva.
Otro mensaje solicitando civismo y empatía colectiva. / Marian León

Desde la pasada legislatura, además, la empresa concesionaria del mantenimiento del alumbrado público aplica los llamados “calcetines” por su tinte diferente. No es exactamente pintura, sino un producto repelente que dura meses y ahuyenta las tentaciones de las mascotas de marcar las luminarias con sus orines. La experiencia se ha ido extendiendo por el término municipal.

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