Andalucía

Metro a metro: obstáculos, imprevistos y 37,8 millones de pasajeros

  • La red de Sevilla, Málaga y Granada suman 700 millones de euros en desvíos presupuestarios, pero también 100.000 pasajeros diarios y la previsión de eliminar más de 13 millones de vehículos para el año 2021

Dos convoyes del Metro de Sevilla se cruzan cerca de San Juan Alto

Dos convoyes del Metro de Sevilla se cruzan cerca de San Juan Alto / Belén Vargas

Andalucía tiene 48,5 kilómetros de redes de metro, que mueven al día poco más de 100.000 viajeros en Sevilla, Málaga y Granada, en los que se han invertido 2.010 millones de euros tras encajar sobrecostes por un importe próximo a los 700 millones de euros. Este es el resultado que arroja el desafío de movilidad urbana más ambicioso puesto en marcha hasta la fecha en la comunidad autónoma.

Son proyectos que empezaron a cobrar forma hace prácticamente dos décadas. Concha Gutiérrez, la consejera de Obras Públicas que a principios de este siglo se encargó de planificar el metro en Andalucía recuerda ahora, desde su puesto como consejera de Empleo y Seguridad Social de la Embajada de España en Bélgica, “el gran consenso” institucional y social que acompañó estos proyectos, en un momento en el que La Unión Europea acababa de aprobar el Libro blanco del transporte que, con el subtítulo La hora de la verdad, proponía una movilidad sostenible para el horizonte de 2010.

Desde el despacho de Concha Gutiérrez se planearon sistemas de metro siguiendo la estrategia de proporcionar un transporte público capaz y de bajo impacto ambiental a las tres aglomeraciones urbanas que superaban los 500.000 habitantes: Sevilla, que además tenía la deuda pendiente de una red malograda desde mediados de los 70, Málaga y Granada. El año 2002 fue crucial: se iniciaron las obras de la línea 1 de Sevilla reutilizando parte del trazado abandonado en 1984, se presentó el anteproyecto del metro de Granada y el Consejo de Gobierno declaró de interés autonómico las líneas 1 y 2 Málaga. Todo estaba en marcha, pero nada avanzó como estaba previsto.

Radiografía de los metros andaluces (pulse para ampliar). Radiografía de los metros andaluces (pulse para ampliar).

Radiografía de los metros andaluces (pulse para ampliar). / Dpto. Infografía / Fuente: Consejería de Fomento

De acuerdo con aquellos planes, el suburbano debía ser una realidad en 2006 en Sevilla, en 2009 en Málaga y en 2010 en Granada. En ningún caso se pudo cumplir el plazo ni el presupuesto, y en alguno ni siquiera el trazado. Es cierto que la crisis y los requisitos de ajuste del déficit público han jugado a la contra, pero también es cierto que faltó previsión y sobraron chinas en los zapatos, hasta el punto de que solo operan dos líneas completas: la única construida de las cuatro proyectadas en Sevilla, que empezó a funcionar en 2009, y la programada para Granada, inaugurada en septiembre de 2017, mientras que en Málaga se planificaron tres, se empezaron a construir dos que están parcialmente operativas desde 2014 y todavía hoy es arriesgado apostar cuándo y dónde terminarán las obras.

Cada uno de los 48,5 kilómetros que suman las cuatro líneas -incluidas las dos de Málaga sin concluir- han costado 43,8 millones, con un sobrecoste de 14,4 millones por kilómetro de trazado. Este, no obstante, es un cálculo modesto que no tiene en cuenta flecos muy sustanciosos que todavía colean. Por ejemplo, un juzgado de lo contencioso administrativo y el TSJA han reconocido en sentencia que la Junta debe abonar otros 126,8 millones a la concesionaria del Metro de Sevilla para atender costes sobrevenidos. La Agencia de Obra Pública apeló el fallo al Tribunal Supremo y está a la espera de que resuelva. Si el Alto Tribunal ratifica la sentencia el presupuesto de esta línea se desviará hasta los 800 millones, un 70% más de lo programado.

En Granada la Junta reconoce un sobrecoste de 93 millones y recuerda que los 276 millones presupuestados en el arranque no incluían el material móvil, los sistemas ni las instalaciones que costaron otros 121 millones. A estas cantidades, además, hay que sumarles 68 millones más en concepto de pruebas de preexplotación y gastos financieros.

Se planificaron suburbanos para las tres aglomeraciones urbanas de más de medio millón de habitantes

Finalmente, en Málaga el importe ha pasado de 403 millones a 794, en gran medida a causa de la multitud de cambios que se han tenido que ejecutar en el proyecto de suburbano que, sin lugar a dudas, es el que más diatriba política encadena a consecuencia de las serias diferencias planteadas por el Ayuntamiento.

Primero frente a las características técnicas del proyecto, al exigir tuneladoras en lugar de muros pantallas, después porque tampoco estuvo conforme con el modelo al negarse a que transcurriera en superficie por el casco histórico y finalmente también se ha opuesto al recorrido alternativo en dirección norte hasta el Hospital Civil, propuesto por la Junta ante las dificultades para que llegara a La Malagueta. La oposición municipal es tal ha decidido acudir a los tribunales. Definitivamente, el consenso social e institucional que vivió la exconsejera Concha Gutiérrez a principios de siglo está roto en una ciudad en la que después de 14 años todavía no se puede llegar al centro en metro.

Dieciséis años de obras, 700 millones de desviación presupuestaria con la estimación más cauta y seis consejeros después, el actual titular de Fomento, Felipe López, justificaba en una sesión parlamentaria en febrero de 2016 que los costes imprevistos ocurren “en todas las obras públicas”.

Las líneas operativas inyectan con fuerza pasajeros al conjunto del transporte colectivo

Si este es el revés de la moneda, las luces se deben de buscar en los resultados del servicio público. La red de metros en Andalucía ha transportado hasta la fecha 157 millones de pasajeros. Entre enero y abril, la cifra de usuarios en Sevilla de este año se aproxima a los 6,5 millones con un crecimiento del 10% respecto al mismo periodo del año anterior. En Málaga ha sobrepasado los dos millones, un 7% más, con la particularidad de que a pesar de que las líneas no están completas y no llegan al centro histórico el crecimiento de pasajeros es continuado desde su inauguración.

Finalmente, la apertura de la línea de Granada, de marcado carácter metropolitano al atravesar la ciudad desde Albolote hasta Armilla, ha sido un revulsivo. Para una sociedad aquejada de sentimiento de abandono, que clama por inversiones ferroviarias y vive convulsionada por las demandas sanitarias, la puesta en marcha del metro ha sido un hecho excepcional. Inaugurado el pasado 21 de septiembre, el 31 de diciembre ya había alcanzado los 2,6 millones de viajeros y de enero a mayo de este año suma otros 4,4 millones. En conjunto, 103.832 personas viajan a diario en alguna de los tres metros operativos en Andalucía, es decir, 37,8 millones anuales.

Cada kilómetro de la red de metro acumula de media 14 millones de sobrecoste

La Consejería de Fomento calcula que para 2021 la red andaluza de suburbanos dispondrá de 51,6 millones de usuarios, se habrán eliminado de las carreteras de las tres ciudades 13,3 millones de desplazamientos en coche y por tanto se habrá evitado la emisión de 20.754 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.

La experiencia hasta el momento demuestra que la red de metro inyecta con fuerza pasajeros al conjunto del transporte colectivo. La sustracción de viajeros al autobús urbano, que es el gran temor de los ayuntamientos, es moderada.

Un informe de la Consejería de Fomento pone de relieve que la cifra de usuarios del transporte colectivo en Sevilla en 2017 rozó los 106 millones, frente a los 94 millones que había en 2008, antes de que el suburbano estuviera operativo. Es decir, el metro ha supuesto 12 millones de pasajeros nuevos para el sistema, mientras que la empresa municipal de transportes, Tussam, con 79,8 millones de viajeros, ha perdido en esta década 1,7 millones de pasajeros y los autocares del consorcio metropolitano 2,5 millones, para quedarse en 10 millones de clientes.

La EMT, empresa de transporte municipal de Málaga, ha ganado 2,5 millones de pasajeros coincidiendo con la puesta en marcha parcial del metro, hasta situarse 46,1 millones, el consorcio que cubre el servicio interurbano ha registrado 9,4 millones, es decir medio millón más que antes de que se implantara el metro. En cualquier caso, el sistema público en su conjunto ha ganado 2,5 millones de usuarios desde que empezó a funcionar el metro en en esta ciudad.

Finalmente, Rober, que presta el servicio de autobús urbano de Granada, cerró 2017 con 31,5 millones de viajeros, un millón menos que el año anterior, aunque cabe señalar que cae a este ritmo desde 2015, y que la número global de pasajeros del transporte público granadino supera en millón y medio de personas a la cifra previa al inicio de la actividad del suburbano.

Por el momento, la red de metro sólo se da por concluida en Granada. Son 16 kilómetros de trazado, 26 paradas, de ellas solo tres subterráneas, que unen cuatro municipios: la capital, Armilla, Maracena y Albolote.

En Sevilla están todavía por hacer tres líneas. Desde 2011 están listos los proyecto, sometidos a información pública, con sus respectivas alegaciones resueltas y la previsión de que costarán 3.705 millones. Han pasado siete años, aunque no parece mucho para una ciudad que empezó en 1968 a planificar una línea de metro que adjudicó y comenzó a construir en 1976 y abandonó las obras en 1984, bajo una fenomenal presión social con el argumento de que implicaba riesgos para la Giralda y la catedral.

Hasta este año, el debate no ha regresado con fuerza a la ciudad, aunque, por ejemplo, José Luis de Justo Alpañés, catedrático de ingeniería y presidente de la Academia Sevillana de Ciencias, está que trina. Critica la escasa “presión de la sociedad sevillana” para demandar la red de metro y lamenta que se tenga que penar “el supuesto pecado de la Expo”, dejando a la ciudad sin avanzar en una infraestructura esencial. No obstante, el suburbano ha vuelto al terreno de juego.

El ya ex ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, el consejero de Fomento, Felipe López y el alcalde, Juan Espadas, se reunieron en enero para retomar el proyecto de la Línea 3. El 15 de marzo se constituyó la comisión técnica que debe evaluar la viabilidad económica, técnica y financiera. La pretensión es impulsar una parte del trazado y financiar los 700 millones que cuesta a tres bandas, para lo que se necesita luz verde del Ministerio de Hacienda, ahora en manos de la sevillana María Jesús Montero.

En Málaga la Línea 3 del metro desde el centro a El Palo, el barrio más oriental, es a estas alturas una quimera. En su momento se había previsto que la red atravesara la ciudad de oeste a este, pero los cambios en el trazado, por ahora, no lo permiten, mientras el tramo de suburbano hasta el Hospital Civil sigue enconado por el rechazo frontal del Ayuntamiento.

Además, queda otro trayecto pendiente de construir que será el que acerque el suburbano al centro histórico. Se licitó por 79 millones y se adjudicó por 49 a la constructora Ortiz, que reclamó tiempo después modificados de presupuesto que no fueron aceptados por la Junta, hasta el punto de que en 2015 la Junta decide rescatar el contrato. La Agencia de Obra Pública acaba de obtener ahora luz verde del Consejo de Gobierno para volver a adjudicar los trabajos que se prolongarán cerca de dos años. Hasta que no estén resueltos, adjudicados y construidos la prolongación al Hospital Civil y el tramo hasta el centro, las dos líneas del metro de Málaga no estarán listas.

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