Ante un Real Zaragoza que saltó al campo a cerrarle espacios al rival y no arriesgar lo más mínimo en ataque, el Almería aplicó con buen criterio la receta de robar y correr, pero en primera instancia estuvo poco acertado en la definición de todo el caudal ofensivo que generó, dando pábulo a la teoría de la ansiedad que empezaba a cundir entre sus hombres de vanguardia, en particular Sadiq. 

Rubi apenas realizó dos ajustes en el once que venía de empatar en Fuenlabrada, dando entrada a Lazo y Arnau en detrimento de Ramazani y Curro, y lo cierto es que Arnau fue uno de los protagonistas del primer acto, estando en gran parte de las acciones de peligro locales con su dinamismo y movilidad por las cercanías del área zaragocista.

En los primeros compases los maños aguantaron bien en la medular las embestidas rojiblancas, pero con el paso de los minutos el duelo se convirtió en un asedio constante a la meta defendida por Álvarez, con picos de posesión de 63%-37% para los locales, incapaces de transformar todo su dominio en el juego en un marcador favorable.

A los siete minutos de juego Samú y Sadiq ya mostraron el camino de lo que sería el tiempo restante hasta el descanso, robos de balón y transiciones vertiginosas hacia el área contraria sin acertar en la suerte suprema, normalmente por precipitación. Esa primera vez fue el luso el que llegaba forzado a la zona de finalización, golpeándose incluso con una cámara televisiva pegada al graderío de fondo norte.

El acoso al área zaragocista se incrementó a partir del ecuador del primer tiempo y en apenas tres minutos de margen, los que van del 27 al 30, el Almería dispuso de tres ocasiones muy claras para haberse adelantado. Primero fue Arnau quien falló el control de una buena peinada de cabeza de Sadiq, dándole ventaja a Álvarez para abortar el cara a cara. Acto seguido, con idénticos protagonistas, Arnau sí controlaba bien una nueva asistencia del nigeriano, pero el arquero blanquiazul volvía a ganarle el mano a mano. Por último era Sadiq quien tras un buen pase de Portillo se precipitaba picando el esférico alto cuando la acción requería otro tipo de finalización.

La aportación ofensiva visitante se limitó a un buen cabezazo de Álvaro Giménez al cuarto de hora de juego tras un saque de córner que se marchaba ligeramente desviado y bien pudo haber supuesto el 0-1.

Antes del paso por vestuarios los indálicos gozaron de otras dos buenas oportunidades. Sadiq destapaba el tarro de las esencias para burlar a dos contrarios y fallaba el pase para que Portillo la empuja a la red, facilitando el despeje de un defensor. Para rematar la colección de desastres, Lazo enviaba a las nubes una buena asistencia de Portillo al borde del área pequeña. 

Lazo se lamenta por el carrusel de ocasiones falladas en un momento del partido

Para mayor desesperación, el arranque del segundo tiempo siguió los mismos derroteros del primero. Un hiperactivo Arnau asistía para que Portillo la embocase cerca del punto de penalti con el empeine, pero el disparo del malagueño tomaba dirección al Zapillo y muchos a esas alturas ya pensaban que ni al arco iris le hacían un gol esta tarde. 

El rosario de ocasiones desperdiciadas tenía continuidad apenas unos instantes después. La jugada nacía nuevamente en una rápida transición que acababa en pies de Arnau en el vértice del área. El mediapunta sacaba un duro disparo cruzado y esta vez era la manopla de Álvarez en una gran intervención la que evitaba el tanto unionista. 

Y cuando marcar parecía poco menos que una utopía el gol llegó de la forma más inopinada. Sadiq buscó con más fe que posibilidades un balón largo de Lazo al que llegaban antes Francés y Álvarez, pero una fatídica falta de entendimiento entre el zaguero y el guardameta dejaba la pelota muerta para que el nigeriano empujase a la red y pusiera fin a ocho jornadas de sequía sumando el octavo tanto a su cuenta particular. 

La sentencia pudo llegar en un buen centro de Sadiq desde la banda diestra intercambiándose los papeles con Ramazani, al que le faltaron centímetros para situar el 2-0 rematando de cabeza en el segundo palo. JIM reaccionó al resultado adverso introduciendo cambios y el Zaragoza mejoró levemente, pero sin llegar a inquietar la portería del MVP de noviembre, un Fernando que presenció el partido impasible en su área.

El extremo belga sí iba a destapar el tarro de las esencias en el tramo final del partido. La jugada, trenzada por jugadores recién salidos al campo o cambiados de posición, fue una oda al buen fútbol. Dyego Sousa abrió a banda para que Ramazani sacara de la chistera un taconazo atrás despistando a la defensa maña para asistir a Pozo quien, ya como extremo, definía de rosca con la zurda. 

Ya en el descuento Ramazani iba a poner la guinda a unos minutos de ensueño estableciendo el 3-0 tras culminar con un buen disparo raso de zurda una asistencia de Samú Costa que había recibido en el balcón del área. Festín para despedir 2021 en casa en un partido que devuelve las buenas sensaciones tras dos empates consecutivos para echar el cierre al año visitando al Lugo.