CARRERAS | REPORTAJE

El Camino de Santiago a 'cámara rápida'

  • El almeriense Juan Ramón Escánez hace corriendo, en 13 días seguidos y sin tomarse ni una jornada de descanso, los cerca de 320 kilómetros del Primitivo

Juan Ramón a pocas etapas de conseguir su reto.

Juan Ramón a pocas etapas de conseguir su reto.

Bajo una suave lluvia, acompañado por el alentador sonido de la gaita de un artista callejero y besando su muñeca, donde la palabra amigo está grabada en su piel en homenaje a su abuelo, encaró Juan Ramón Escánez Cortés el viejo túnel que une la Plaza de La Inmaculada con la del Obradoiro, punto final del Camino de Santiago. Allí, en la gris mañana del pasado 27 de julio, sobre la húmeda solería de adoquín y la Torre de Las Campanas y la de La Carraca como imponentes testigos, el almeriense concluyó su reto, uno más, visiblemente emocionado. No era para menos, acababa de realizar los cerca de 320 kilómetros del Primitivo corriendo, en un total de trece etapas (una media de unos 24 kilómetros diarios) y sin tomarse ninguna jornada de descanso.

Juan Ramón a su llegada a Lugo. Juan Ramón a su llegada a Lugo.

Juan Ramón a su llegada a Lugo.

"Fue un momento espectacular la llegada a la Plaza del Obradoiro. Es gratificante lo que sientes al terminar un reto después de tanto esfuerzo. Había hecho el Camino en dos ocasiones, pero nunca corriendo, y como me encantan los retos pues me lo propuse. Regresé a Almería con una sensación de mucha tranquilidad por haberlo conseguido y por todo lo vivido allí durante esta experiencia. También con mucho cansancio, pero con ganas de afrontar el siguiente reto", comenta Escánez, que el día 22 de este mes viajará hasta tierras gaditanas y onubenses para realizar el Desafío Doñana, donde le esperan 10 kilómetros en bicicleta, 1 a nado y 30 corriendo.

Este titulado en Magisterio de Educación Física, que actualmente trabaja como educador en el ISL El Ejido, un centro de acogida de menores extranjeros gestionado por Fundación SAMU, se inició en el mundillo de las carreras en 2014, en su barrio de El Zapillo, un mes antes de vivir su primera experiencia del Camino de Santiago. Hizo cerca de 200 kilómetros de la ruta del Norte, acompañado por dos amigos. Un año después tomaría la decisión de hacerlo de nuevo, caminando, pero en esta ocasión viviendo la experiencia en solitario. Fue uno de sus objetivos marcados, al igual que los maratones de Madrid, Bilbao, Valencia, Pamplona o Sevilla, o el durísimo Ultra de Sierra Nevada, entre algunos otros. Juan Ramón cumplió todos y cada uno de esos retos. Algunos en varias ocasiones.

"Sin el apoyo de mi gente por redes y por teléfono no hubiese podido ‘tirar del carro’ en algunos momentos”

"Seguramente vuelva una cuarta vez al Camino de Santiago, ya sea andando, corriendo o en bicicleta, pero me gustaría disfrutarlo con mi gente cercana", confiesa este almeriense con corazón de león, por la ferviente pasión que profesa al Athletic Club de Bilbao. El zapillero admite que "el Primitivo es de los más duros junto con el del Norte, pero el apoyo de mis familiares y amigos, tanto por redes sociales como por teléfono cada día, fue clave para seguir. Sin ese aliento que me dieron no hubiese podido tirar del carro en algunos momentos. La gente del Camino ya me conocía y cuando me veían me animaban haciendo palmas. Eso me ayudo muchísimo". Su idea, en principio, era descansar un día entero cada tres etapas realizadas, pero al verse "tan apoyado" decidió no hacer jornadas de descanso.

El almeriense frente a la Catedral de Santiago con algunos de los peregrinos con los que coincidió durante su aventura en el Primitivo. El almeriense frente a la Catedral de Santiago con algunos de los peregrinos con los que coincidió durante su aventura en el Primitivo.

El almeriense frente a la Catedral de Santiago con algunos de los peregrinos con los que coincidió durante su aventura en el Primitivo. / D. A. (Almería)

Juan Ramón Escánez Cortés, que cumplirá 32 años el 11 de septiembre, suma una satisfacción más a su extenso palmarés de retos conseguidos, aunque esta fue la tercera vez que pudo celebrarlo brindando con albariño gallego. Esfuerzo, dedicación y mucha fuerza de voluntad son algunas de las virtudes que destacan en este maestro que, pese a no moverle ningún tipo de motivo religioso, se ha convertido ya en un peregrino con galones que ha llevado este verano el acento almeriense por preciosos rincones desde Oviedo a Santiago en un Camino Primitivo que ha vivido a cámara rápida.

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