Las generaciones actuales, muy propensas a olvidar el ayer, deben saber que toda historia tuvo un comienzo. Y en el caso del centenario fútbol almeriense el nombre de José María Maguregui brilla con luz propia. Bajo sus riendas, la extinta Agrupación Deportiva lograba el primer ascenso a la élite en el remoto 1979.

El Athletic, club en el que destacó como futbolista, anunciaba ayer el fallecimiento a los 79 años de este vasco nacido en Miravalles que recorrió toda la geografía como entrenador. A Maguregui se le recordará, sobre todo, por una frase que quedó como resumen de su filosofía: la de defender poniendo el "autobús" delante de la portería, es decir, lo que entonces se conocía como un "cerrojazo".

Pero también está considerado uno de los mejores jugadores de uno de los mejores Athletic de la historia, el del doblete del 56 y de la más brillante trayectoria bilbaína en la Copa de Europa.

Maguregui dirigió a aquel inolvidable Athletic desde el medio campo y estuvo nueve temporadas en el primer equipo, en las que sumó cuatro títulos (uno de Liga y tres de Copa), 234 partidos y 41 goles, siendo internacional en siete ocasiones.

De su época de entrenador, el mejor recuerdo era el de haber llevado al muy modesto Almería a un posición más que holgada en la tabla de Primera y a su estrella, el baracaldés Murua, a ser internacional. El Poli Almería sería, en 1993, el último club que dirigiese.