La derrota en la final de la Supercopa SVM ante Melilla Sport Capital no ha sentado bien en Unicaja por varios motivos. Uno de ellos, y quizá el más importante, es el de haberse producido en casa, ante la propia afición, si bien el respaldo del Moisés Ruiz en todo momento, incluido el trago amargo de recibir la placa de subcampeón, ha revertido en puntal. De caer se deben sacar siempre los aspectos positivos, y uno de ellos es, sin duda, la certeza de que el público volverá este curso a estar en cantidad y calidad con el equipo, sacando matrícula de honor en apoyo a los suyos. Repasar los motivos de la caída es un ejercicio obligado, así como encaminarse a aprovechar las virtudes.

El próximo sábado, desde las 19.00 horas y en un lugar de vóley como Boiro, el Unicaja Costa de Almería da inicio al largo recorrido de la defensa de su título de Superliga, competición en la que parte como vigente campeón. La dinámica de trabajo es ya la normal para afrontar una cita tan importante como esta, sabiendo además que, a la primera, toca el desplazamiento más largo de los tres más largos, valga el juego de palabras, que son los dos de Galicia y el de Cantabria. Salida en la madrugada del jueves al viernes, acomodo en una población hospitalaria y en la que se disfruta del respeto por este deporte y partido muy duro frente a un rival que es una incógnita, pero potente.

Las batallas de apenas meses atrás con los coruñeses no se olvidan, porque fueron para hacer afición. Especialmente se recuerda la de cuartos de final de la Copa del Rey en Gran Canaria, espectacular. Si Unicaja Costa de Almería ha cambiado bastante, lo ha hecho igualmente Rotogal Boiro, que cuenta con la tripleta extranjera que es totalmente nueva y que forman Elgueta, Wu Cheng-Tang y Kleist Mendonça. Dirección de juego de nuevo para Emilio Palacio, su capacidad es de sobra conocida, así como su buen hacer con la cantera, por lo que los jóvenes talentos locales se han incorporado con garantías al núcleo fuerte de veteranos.

Lo que más le preocupa siempre al técnico almeriense es su lado de la red y en ello anda, realizando los últimos ajustes para aprovechar las potencialidades de su plantilla. Es muy consciente de que son muchas, con destellos de gran calidad individual en los muy pocos partidos disputados que, paulatinamente, se van enlazando para formar la imagen coral necesaria para intentar revalidar el título. El bagaje antes del inicio liguero no ha sido de la extensión deseada, con cuatro encuentros en total, tres antes de una Supercopa en la que se llegó hasta donde se pudo frente a un adversario bastante más hecho.

Del objetivo de montar la mejor propuesta posible para esa final se ha pasado al objetivo del largo plazo, en planificación de temporada completa, con el primer reto de cada año, que es la clasificación para la Copa del Rey. Tras el inicio a 1.200 kilómetros el debut en casa se producirá el día 8 de octubre, curiosamente ante el mismo rival del curso pasado, el Léleman Conqueridor Valencia. El mes se presenta sin solución de continuidad, como es deseado además en un contexto de una cada vez mejor competición, incluyéndose que Melilla Sport Capital regresará al Moisés Ruiz apenas un mes después de haber ganado la Supercopa. Antes, Unicaja Costa de Almería habrá disputado su tercer partido.

Será visita a, nada menos, Los Pajaritos. El Río Duero Soria europeo será, sin duda, otro de los candidatos a estar en la pelea por los títulos, así que la siempre complicada salida a tierras numantinas se aguarda como una buena referencia de cómo va evolucionando el juego ahorrador. Octubre se cerrará con desplazamiento a Palma, otra incógnita tras sus problemas económicos para poder salir, pero que ha logrado armar un plantel de lo más competitivo. Así, el inicio de la Superliga 22-23 marca una serie complicada de cinco partidos, salir a Boiro, Soria y Palma, y recibir al Valencia, mucho más armado que el curso anterior, y al Melilla, que ha demostrado estar ya en su tope de juego.