Corría el minuto 20 de la segunda parte. El marcador del Santiago Bernabéu ya señalaba 3-0 para los madridistas. El partido estaba sentenciado. Entonces Óscar Lopez cortó un balón en la media luna del área almeriense avanzó hasta el medio campo, nadie le salía al paso y, cuando penetró en terreno madridista lanzó un disparo a la portería merengue que, ante la sorpresa de todos, se coló como un obús por el ángulo de la portería de García Remón.

Los almerienses celebramos el gol como si hubiésemos ganado el partido y todo el Bernabéu se puso en pie para ovacionar uno de los goles más bonitos que uno pueda imaginarse. No dejó de ser una anécdota pero eso de meter un gol así en el campo del Madrid está al alcance de muy pocos. El resultado final fue 4-1, pero ¡qué uno!

Aquel 17 de febrero de 1980 se disputaba la vegesimoprimera jornada de Liga. El Real Madrid iba líder, empatado con la Real Sociedad, y el Almería, quinto por la cola. Maguregui puso el autobús ante su meta, como era costumbre en los desplazamientos, y alineó a: César; Paniagua, Maxi, Contreras, Arias; Durán (Serrán 45'), Lobato, Óscar López, Martínez; Rolón y Murúa. Seis defensas, dos medios y dos delanteros.

Boskov jugó con: García Remón; Sabido, Pirri, Camacho; Stielike (Portugal 85'), Del Bosque, Hernández, Ángel; Juanito (Martínez 62'), Santillana y Cunnigham. Un 3-4-3 que le funcionó bien. Pitó Ramos Marcos, caserillo, como era habitual en él. Pitó un penalti a Óscar López muy generoso que Cunnigham lanzó fuera. Unos mil almerienses viajamos a Madrid aquel frío día.

El primer gol fue madrugador. A los 6 minutos Juanito abrió el marcador de falta al borde del área. Un mazazo. Hubo que esperar media hora para el segundo, marcado por Hernández de disparo raso desde el borde del área. Tras la reanudación, al cuarto de hora Ángel marcó el tercero de tiro cercano. Luego llegó el golazo de Óscar López que tan felices nos hizo. El 4-1 definitivo lo logró de cabeza Cunnigham en el minuto 92. Y todos contentos.

Fue la primera visita de la AD al Benabéu. La temporada siguiente repitió goleada: 4-0. La UD, por desgracia, no ha tenido más suerte que su predecesor en el estadio de la Castellana.