Vistió la camiseta de Atlético Sanluqueño, Sporting de Gijón, Albacete Balompié o Écija, entre otras, pero la que mejor le quedaba, sin duda, era la del Almería, tanto la del CF como la de la UD. También jugó en Escocia y en México, pero fue con la tierra almeriense con la que creó un vínculo muy especial que aún perdura. Si un joven aficionado del conjunto rojiblanco escuchara el próximo partido en casa el nombre de Francisco Javier Aguilera Blanco quizás no le venga a la mente el rostro de una persona que conozca, pero si escucha el de Paco Luna seguramente no pueda mantenerse sentado en su asiento. Y es que nadie levantaba la grada del Juan Rojas, y posteriormente la del Mediterráneo, como lo hacía el delantero jerezano, que a día de hoy, doce años después de su marcha de la entidad que preside Alfonso García, continúa siendo un icono para los seguidores y sigue recibiendo el cariño de una ciudad a la que dio muchas alegrías y a la que volvió el miércoles por motivos laborales, para un congreso de una conocida empresa de telefonía.

"Venir a Almería siempre me trae muy buenos recuerdos. A las pocas horas de llegar ya había saludado a mucha gente, tenía muchos compromisos porque hacía mucho que no venía a tierras almerienses y estoy muy contento. Siempre te da alegría reencontrarte con personas a las que no ves desde hace años", comentaba para este diario el de Jerez de la Frontera, que cenó el miércoles en La Salada, bar que regenta su excompañero y gran amigo Gorri en El Zapillo, el barrio en el que Luna residió durante sus primeros años como futbolista del Almería.

De Almería echo de menos todo, sobre todo las grandes amistades que hice y mantengo y el cariño de la afición"Me he planteado más de una vez volver, me encantaría trabajar en la UD Almería y vivir en esta ciudad"He hecho un poco de todo desde que me fui: fútbol, hostelería, ahora me dedico a la representación..."

Mientras degustaba las especialidades de la casa, tanto de pescado como de carne, acompañado por dos paisanos suyos, el mítico delantero recordaba con Gorri y el empresario almeriense Juan Segura numerosas anécdotas de aquellos maravillosos domingos en el Juan Rojas, analizando además lo mucho que ha cambiado el mundo del fútbol desde aquella época en la que fue (y sigue siendo) un auténtico ídolo para todos los almerienses. "Me he sentido siempre muy querido en Almería. No soy de participar mucho en redes sociales, les echo un vistazo y poco más, no suelo entrar para escribir cosas, pero bueno, de todo se va a aprendiendo y habrá que ir mirándolo. Tengo a mucha gente conocida y llevamos una amistad que nos ha llevado muchos años. Yo echo de menos todo en Almería, pero sobre todo las amistades que he generado durante muchísimos años, el cariño que yo he sentido de la afición , que ha sido la que más me ha querido. Era un sentimiento recíproco, yo también los he querido mucho y uno se emociona cuando vuelve por estas tierras", admite Paco Luna, que llevaba siete años sin venir por la provincia de Almería.

Actualmente sigue vinculado al mundo del fútbol, aunque no de una forma muy activa por el momento. Tras probar suerte en el balompié de su localidad natal y en el mundo de la hostelería, ahora se dedica a la representación pero quiere involucrarse más en un deporte que ha sido su pasión, su vida, que le ha regalado grandes momentos. "He hecho un poco de todo estos años. Empecé con el fútbol en Jerez, que está bastante mal, muy quemado. Ha pasado por circunstancias muy difíciles. También estuve en temas de hostelería y ahora estoy de representación de jugadores en una empresa de Sevilla, viendo chavales, fútbol de cantera de la zona de Cádiz, Algeciras... Es lo que me tiene vinculado al fútbol. También dedico mucho tiempo a mi hijo, que juega en el Sevilla de juveniles y no dispongo de muchas horas. He estado en temas muy variados, haciendo un poquito de todo y estoy intentando retomar otra vez el mundillo del fútbol, poco a poco, que es lo que he hecho siempre y lo que me gustaría hacer", afirma una de las personas que se ganó a pulso, por su entrega y su picardía en el terreno de juego, un extenso capítulo en la historia del fútbol almeriense. Cabe recordar, entre otros muchos momentos, el tanto que marcó al Polideportivo Ejido en la última jornada de la 2002-2003 que daba la permanencia en Segunda a una UD Almería a la que le encantaría volver a estar vinculado. "Me encantaría, me lo he planteado más de una vez. Decidí irme en una época en la que yo pensaba que todavía podía seguir jugando al fútbol. Me fui al Écija y me pensaba que iba a jugar un año ya con 35 y jugué tres. Me retiré tarde y terminé un poco quemado, pero a mí Almería me encanta y si tuviera que volver a vivir aquí no tendría ningún tipo de problema. Todo mi ánimo al equipo en su lucha por la salvación, espero que lo logre", finaliza Paco Luna, una leyenda rojiblanca que se ganó el cariño de una grada por la que se dejó la piel.