Mejores novillos que novilleros en la Feria de Almería

A las siete en punto de la tarde, salían los tres novilleros de la terna a realizar el paseíllo en el primer festejo del Abono agosteño de la Feria Taurina de Almería. Una novillada con reses de Núñez de Tarifa para Jorge Molina, Manuel Román y Samuel Navalón, que debutaba con picadores.

En los graderíos abundaba el público joven, porque como es habitual, los padres suelen ceder su entrada del Abono de la novillada a los jóvenes. Buena costumbre que no debe perderse por el bien de la Fiesta. Se mostraron animosos y siempre de parte del torero, como es habitual en el público almeriense.

El primer novillo, muy noble, fue para Jorge Molina. El más veterano de los novilleros del cartel demostró en su primero tener más tablas que sus compañeros. Comenzó a base de verónicas y un vistoso quite por chicuelinas. Brindó al público y realizó una faena muy de escuela, sin rectificar los pies, con derechazos y naturales en los medios muy del agrado del cariñoso público de Almería. La faena que se hizo algo larga, con un pinchazo final, media estocada y descabello tras aviso. El público premió su actuación con una ovación y dio la vuelta al ruedo.

El segundo de la tarde fue para Manuel Román, que recibió al novillo con verónicas y una media final que fue muy jaleada por el público presente. El astado, como el anterior, demostró su nobleza, si bien gazapeaba en exceso. Un toro andarín que se escoró en varias ocasiones, miraba y tocaba la muleta. Cabe destacar que el novillo fue muy bien picado, con un buen puyazo, y bien también en banderillas, si bien la faena no fue en exceso lucida. Tras una estocada y tres descabellos daba muerte al novillo . El público aplaudió su labor.

El tercero de la tarde fue para Samuel Navalón, que debutaba con caballos. El más joven del cartel se mostró muy animoso y con ganas de hacerse un sitio. Recibió al novillo con seis largas cambiadas que hicieron las delicias de los espectadores, si bien en la última salió trastabillado y cayó, por lo que tuvieron que salir a hacerle el quite. Navalón estuvo bien al quite con el capote por la espalda, comenzando de rodillas en el centro del albero. Se fajó en los medios y se descalzó, echando las zapatillas bien lejos, con el público ya totalmente entregado a su labor. Este tercer novillo fue un caramelo, repitiendo en la embestida y completando una faena con pases muy bien enlazados. Acabó con redondos, molinetes, trincherillas, un abaniqueo y finalmente media estocada muy buena que bastó para que el toro cayese. Su faena fue muy ovacionada y le valió dos orejas.

Y llegó el momento más esperado por la afición almeriense: los 20 minutos de merienda que siempre saben a poco y hace que la afición ‘pase’ un poco del cuarto toro, novillo en este caso. El caso es que la segunda parte del festejo fue un calco de la primera. Vimos a un Jorge Molina con hechuras de fututo torero aunque quizá demasiado academicista en la lidia. Una gran estocada hizo que el presidente le concediera una oreja, algo que debió parecerle poco al novillero pues tuvo un feo gesto.

También ManuelRomán repitió su faena del segundo, con más voluntad que acierto en ocasiones. Bien banderilleado el novillo, con saludos del banderillero desde el tercio, y faena otra vez demasiado larga. El triunfador de la tarde resultó ser el novel SamuelNavalón que se fajó en los medios con un novillo que al final de la, faena lo volteó y corneó en la pierna. Pinchazo, estocada, una oreja y Puerta Grande.