Agricultura

Las cosechadoras de María adelantan su partida para salvar la campaña del cereal

  • Durante los meses de junio, julio y agosto las máquinas de María recogerán el cereal de todo el país

Cosechadora en el campo al atardecer.

Cosechadora en el campo al atardecer.

Aunque las lluvias de los últimos días hayan sorprendido con su aparición, tan inusual en los últimos meses y hayan dado un soplo de aliento a todos aquellos que las estaban esperando con necesidad, la sequía ha alterado toda la campaña de todos los sectores.

En el municipio de María el mal de la sequía ha hecho especial daño, ya que este año no han podido celebrar su fiesta de ‘Despedida de Cosechadoras’, una tradición que se remonta a los tiempos en los que los marienses encontraron en la cosecha una forma de ganarse la vida. Desde entonces los que parten hacia el interior de España para recoger el cereal se dan un festín antes de despedirse de sus familiares y amigos a los que no verían en los tres meses siguientes. “Yo he escuchado de mi abuelo y de mi padre que esta era una forma de ganarse la vida en aquellos tiempos. Primero, empezaron a trabajar para otros y luego se dieron cuenta que fuera había más trabajo y mejor pagado, por eso cada vez empezaron a irse más lejos”, cuenta Tomás Díaz Cánovas, uno de los operarios de cosechadora de María.

En este sentido, muchos de los operarios de las cosechadoras se han tenido que despedir de sus familiares con celeridad para cumplir con el deber que les exige un sector que no se encuentra en su mejor momento. “Estamos muy mal, porque los agricultores por desgracia tienen muy poca cosecha por la sequía y los que nos dedicamos a recoger su fruto pues tenemos muy poco trabajo. Las previsiones para este verano son muy malas”, ha explicado Tomás Díaz Cánovas. Además, añade que este año resulta un tanto paradójico ya que, con las nuevas ayudas de la PAC, se han sembrado más hectáreas de grano que de normal: “Aunque se hayan sembrado más hectáreas, el grano no ha nacido por la sequía y el que ha nacido se ha secado antes de tiempo”, explica el operario.

El problema, según explica Tomás Díaz se puede apreciar en el rendimiento actual por hectárea: “En Córdoba, que es la primera zona donde paramos a cosechar, el rendimiento se sitúa en 1.000 kilos de trigo por hectárea, y en Castilla La Mancha se ha empezado a cosechar con un rendimiento de 500 kilos por hectárea, cuando en un año normal en Córdoba se ha alcanzado el rendimiento de 4.000 kilos por hectárea y en Castilla La Mancha 2.500 kilos”.

“Aunque se hayan sembrado más hectáreas, el grano no ha nacido por la sequía y el que ha nacido se ha secado antes de tiempo”, Tomás Díaz

Las cosechadoras de María recogen prácticamente todo el cereal español llegando incluso al norte de Palencia y Burgos. Además, la bonanza de los sueldos que empezaron a ganar los de María hizo que rápidamente casi todo el pueblo viera en la cosecha la oportunidad de un futuro mejor. Así pues, en los años posteriores en el pueblo llegó a contar con una flota de un centenar de cosechadoras, de las que ahora solo queda la mitad. “La mitad ya se han jubilado y no contamos con un relevo generacional. Es un trabajo muy complicado, encima en los meses de junio, julio y agosto, justo cuando están todos de vacaciones y hace calor. Además, hay que pasar muchas horas en el campo y sobre todo, mucho tiempo fuera de casa, que es lo más duro”, explica el operario.

A pesar de la dureza del trabajo, y que a veces el camino de vuelta a casa pueda extenderse durante tres días, María es una de las pocas poblaciones que puede presumir de haber albergado cien cosechadoras en un pueblo con poco más de mil habitantes y que desde que los marienses se lanzaron a recoger el cereal, los agricultores españoles siguen confiando en los servicios de la tercera generación de operarios de cosechadoras de María.

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