Sandía y melón viven una de sus peores campañas. El cultivo primaveral por antonomasia, ese, el único que va destinado desde la provincia casi íntegramente al consumidor nacional y que suele compensar la renta de los productores en su balance final, está totalmente desplomado al punto de que no se está comercializando prácticamente nada y se puede ver una destrucción masiva por parte de los agricultores desde hace ya más de diez días.

Los precios están absolutamente desplomados, por debajo de los 20 céntimos de media durante este periodo y días en los que no cotiza ni a los diez. Así, se puede considerar que la campaña de primavera almeriense de este 2021 ha sido un auténtico desastre y ya que de ella no puede disfrutar el consumidor europeo por los caprichos de los mercados, lo está haciendo el ganado de la provincia. Así, por ejemplo, ayer mismo se podía ver en Campohermoso como un rebaño de ovejas disfrutaba de miles de kilos de este manjar. Un volumen que sobrecoge con solo verlo.

Sin ir más lejos, la semana pasada Coexphal llevaba a cabo dos actos simbólicos de retirada de melón y sandía en Levante y Poniente almeriense para evidenciar la grave situación de caída de cotizaciones que están atravesando estos dos productos.

En Níjar se están destruyendo cultivos de sandía estos días.

Su presidente, Juan Antonio González, lamentó “una situación muy preocupante e insostenible, más teniendo en cuenta que se trata de dos productos de ciclo corto que requieren inversión y trabajo, poniendo en peligro la rentabilidad de una campaña que se ha desarrollado con un comportamiento muy irregular de todos nuestros productos, y que sería el broche para un mal fin de campaña”, y por ello pidió “que de una vez por todas la Administración se implique en los problemas del sector hortofrutícola y se apoye, desde todas las instituciones, el consumo de productos europeos frente a los de terceros países”.

Cierto es también que la situación se ha agravado por unas condiciones meteorológicas en Europa que están propiciando que no haya consumo y que el único producto que se esté vendiendo en los lineales sea el más barato, este es el que viene de países terceros y en concreto el marroquí, el cual no tiene contingentes para este producto ni tampoco aranceles.