La vanguardia y la creatividad artística almeriense se unieron anoche para rendir un merecido homenaje a Clamille Claudel, genial escultora, con una vida miserable, amante de Rodin, y que pasó los últimos treinta años encerrada en Montdevergues, un manicomio muy lejos de París. El teatro, la danza, la música, la pintura y demás artes escénicas, unidas en el colectivo La Confluencia, han hecho posible esta representación de vanguardia, que cautivó a un público que llenó anoche el teatro Apolo. 

‘N392 Camille Claudel’ reúne a algunos de los profesionales de la cultura almeriense con mayor bagaje: los actores Leticia Valle, Jesús Herrera y Chencho Nzo en los papeles de Camille Claudel, Rodin y Las tres sombras, respectivamente; el músico Juan Manuel Cidrón, diseño del vestuario de Pura Delgado, Paco Cañizares, Pepa Satué y Lola Valls; fotografías de Carlos de Paz; diseño de iluminación de Ernesto García; y diseño de gráfico de Guadalupe Bascuñana. Todo ensamblado bajo dirección y dramaturgia de Ascensión Rodríguez Bascuñana. 

Bella y a la vez cruda representación, en la que se pone sobre la mesa el egocentrismo que puede alcanzar un artista, en este caso representando en Rodin, y que le lleva a intentar ocultar la calidad artística de Clamille Claudel. Simbólicamente se refleja en un momento de la representación cuando le atan “mis manos, lo más valioso para una escultora”.

‘N392 Camille Claudel’ es un montaje a partir del texto de Germán Jiménez., ‘Las puertas del infierno’ (Premio Internacional Sor Juana Inés de la Cruz 2012 de México). Blanco y negro, juego de luces, música de fondo y en directo, una voz en off que clama piedad. Clamille Claudel lucha por su arte, no es solo la amante de Rodin, es una gran escultora que quiere mostrar sus obras. Belleza estética para esta representación de vanguardia, anoche, a cargo del colectivo La Confluencia.