Cultura

Cincuenta años del rodaje de la película 'La muerte tenía un precio' en Almería

  • Considerada como la mejor entrega de la Trilogía del Dólar, dirigida por el italiano Sergio Leone, encumbró al actor Clint Eastwood

Sergio Leone que había descubierto Almería para el cine del oeste en 1964 con el rodaje de Por un puñado de dólares decidió en 1965 volver a Almería para rodar La muerte tenía un precio. Según los más entendidos en el género se trata de la mejor película de la Trilogía del dólar y una de las más taquilleras de la historia del cine. Este 2015 se cumplen 50 años de aquel rodaje que encumbró definitivamente a Clint Eastwood, protagonizando a El Manco.

Clint Eastwood como El Manco y el Coronel Mortimer (Lee Van Cleef) son dos hombres que se llevan a matar y que se ganan la vida cazando recompensas, es decir, entregando a los malos a la justicia. Los dos buscan a un malhechor apodado El Indio (Gian María Volonté) y deciden aliarse para capturarlo más rápido. El pacto incluye el reparto de la recompensa que obtengan a partes iguales. El Manco es un hombre de fuerza que tiene gran agilidad con el revólver, pero el Coronel, en cambio, prefiere usar la cabeza. Con dos personalidades tan distintas es de entender que durante la captura surjan malentendidos entre ellos. Ese era el argumento de la película.

La música corrió a cargo del maestro Ennio Morricone que se sacó de la manga una obra de arte combinando un silbido, con un espléndido hilo musical y la simple música de un colgante.

Clint Eastwood interpreta a El Manco, un cazarecompensas de gesto helado y sangre caliente. Un hombre difícil de descifrar, que toda la película quiere capturar a El Indio. Es una obsesión.

Lee Van Cleef es el coronel Douglas Mortimer. Frío y táctico, el coronel busca al Indio con la intención de vengar la violación y suicidio de su hermana (su hija en la versión española). Tiene una personalidad cortante aunque con un trasfondo cálido. Viste de negro por luto y es letal con su fusil.

Gian María Volonté es el Indio, un personaje complicado incluso con aquellos que forman parte de su propia banda . El resto de personajes apenas tienen diálogo, destacan algunos de los hombres de la banda del Indio como Klaus Kinski, Luis Pistilli y Mario Brega. También llama la atención la actuación del pequeño Antoñito Ruiz, el niño que mantiene informado al Manco.

La película se inició en junio de 1965 y concluyó en el mes de julio. Fueron cinco semanas de rodaje. Las localizaciones hay que situarlas en Tabernas, Rioja, Los Albaricoques, Cortijo de Los Genoveses, Turrillas, Rodalquilar, Cortijo de El Fraile, La Calahorra, Cinecittà, Golden City-Hoyo Manzanares (Madrid), Colmenar Viejo (White Rocks).

Durante mucho tiempo la indumentaria de Clint Eastwood se compuso de una camisa, un sombrero, un puro (que nunca termino de fumarse porque detesta el tabaco) y un poncho que según se dice, nunca fue lavado. Durante el rodaje de la película La muerte tenía un precio el poncho le paso piojos al propio Clint, que se pasó el rodaje lavándose la cabeza.

El duelo final entre El Indio y el coronel Mortimer, la tensión está en su punto más alto y la música del colgante embriaga el momento. Un clásico duelo de revolver tan típico de los western que culmina la venganza del coronel sobre el bandido. Ese duelo se rodó en una era que había en el barrio de Los Albaricoques en Níjar. Hoy todavía se conserva ese espacio 50 años después.

Pero toda película tiene sus anécdotas. En principio, Sergio Leone no tenía pensado contar con Clint Eastwood para esta película. La gran altura del actor no daba bien la imagen de cazarecompensas que quería mostrar en La muerte tenía un precio. Para ponerlo delante de la cámara pensó que lo mejor sería ponerle un poncho, que llegó al rodaje desde Italia. Luego Leone tomo la decisión tras consultarlo con todo su equipo de poner un puro en la boca del protagonista. Cada vez que había una escena violenta en la película, Clint Eastwood volvía a encender su puro.

La muerte tenía un precio es una película de culto. Pasen los años que pasen marcó un hito en las películas del oeste de los años 60. Sin duda, otro de los grandes aciertos fue la banda sonora. Almería le debe mucho a Sergio Leone, y aparte de una calle, tendría que tener un monumento en un lugar visible para que todos lo recuerden.

Carla Leone, viuda de Sergio Leone cuando se rindió homenaje a su marido en Almería, recordaba el rodaje de la película. "A Sergio no le convencía para esa película Clint Eastwood, de hecho en sus preferencias había otros actores, pero al final por otras circunstancias se decantó por él y fue un acierto".

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