Festival de Música Renacentista y Barroca

Roberta Invernizzi, el arpista Manuel Vilas y Qvinta Essencia homenajean a la compositora Isabella Leonarda

  • Se han cumplido 400 años del nacimiento de una artista desconocida hasta hace unas pocas décadas

Roberta Invernizzi y el arpista Manuel Vilas.

Roberta Invernizzi y el arpista Manuel Vilas. / Javier Alonso

Isabella Leonarda fue una importante compositora y, sin embargo, hasta hace poco era bastante desconocida. En 2020 se cumplieron 400 años de su nacimiento y por ello el XX Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco quiso rendirle homenaje.

Una brisa italiana recorrió en la noche del miércoles la iglesia del convento de San Luis de Vélez Blanco. Los salmos y motetes de esta compositora italiana cruzaron la nave de la iglesia para atrapar a un público que asistió a una noche especialmente relevante para el festival. La soprano italiana Roberta Invernizzi, el cuarteto Qvinta Essencia y el arpista y director del programa Manuel Vilas interpretaron Isabella Leonarda. Salmos y motetes, con un magnífico resultad. Un concierto espléndido con un cuarteto en la cumbre musical, una soprano que supo sacar lo mejor de su bello timbre para una partitura compleja por momentos y Vila, que dirigió e interpretó magistralmente.

Actuación Qvinta Essençia este miércoles en Vélez Blanco. Actuación Qvinta Essençia este miércoles en Vélez Blanco.

Actuación Qvinta Essençia este miércoles en Vélez Blanco. / Javier Alonso

Isabella Leonarda (Novara, Italia, 1620-1704) fue una compositora que, curiosamente, pasó la mayoría de su vida en un convento de clausura. De familia económicamente acomodada, Anna Isabella ingresó a los 16 años en el convento, donde residió hasta su muerte. Desconocida fuera de su ámbito local, como explicó a la audiencia Manuel Vilas, que ha realizado un esfuerzo ímprobo de investigación en la figura de esta monja-compositora, no sería hasta los años 90 del siglo XX cuando se empiezan a conocer sus obras. A partir de ahí, las investigaciones revelan a una mujer con una sólida formación musical, conocedora de las tendencias musicales de su época a pesar de su clausura y, básicamente, vanguardista para su momento. Y, además, especialmente prolífica, ya que se han encontrado más de 200 composiciones de su autoría, una cifra especialmente elevada.  

Y la música sacra de Isabella Leonarda llegó a Vélez Blanco cuatro siglos después en forma de un salmo y diversos motetes, composiciones polifónicas sacras breves escritas con frecuencia para ser cantados sin acompañamiento y que, en esta ocasión, fueron acompañados por el arpa de Manuel Vila. Qvinta Essencia –la soprano Elia Casanova, el alto Hugo Bolívar, el tenor Albert Riera y el bajo Pablo Acosta– ofreció una perfecta afinación y homogeneidad en el timbre que, acompañado de una magnífica dicción, elevó las partituras de Leonarda al lugar que se merecían. El arpa de Vilas tuvo mucho que decir en la belleza de la música y, sin duda,  Roberta Invernizzi destacó por su timbre lleno de belleza que, además, en alguno de los motetes alcanzaron momentos sublimes. Fue el caso de la interpretación del motete Nive Puer, una de las nanas más hermosas del barroco italiana. 

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