El Loot de Txeron

El trono de Darks Souls ya tiene heredero

  • Análisis. Lords of the Fallen se convierte, por méritos propios, en el sucesor espiritual de la saga de From Software aportando otra luz, candil mediante, y un apartado gráfico soberbio

  • Elden Ring, morir te hace más fuerte

Este nuevo título Soulslike hace honor a sus padres.

Este nuevo título Soulslike hace honor a sus padres.

Ha pasado demasiado tiempo desde que el heredero del que fuera considerado el primer Soulslike, el hermano bastardo de los Dark Souls, fue anunciado. Casi una década después hoy ya podemos congratularnos de que Lords of the Fallen (que clava el mismo nombre que su antecesor) ya está entre nosotros y la sorpresa ha sido mayúscula. Para bien, claro.

Solo he necesitado acabar con la primera zona a modo de tutorial y morir (aunque con segunda oportunidad que ahora aclararemos) para darme cuenta de que estaba justo delante del sucesor espiritual de Dark Souls 3. Palabras mayores, sin duda. Pero las sensaciones que transmite a los mandos este Lords of the Fallen no difieren un ápice de las vividas con la tercera entrega de Dark Souls, que en mi caso personal me marcó para siempre por ser el primer título de From Software y del género que completé hace unos pocos años.

Los grandes jefes intensifican esa sensación de crudeza y excelencia. Los grandes jefes intensifican esa sensación de crudeza y excelencia.

Los grandes jefes intensifican esa sensación de crudeza y excelencia.

Y Lords of the Fallen es, a todas luces y candil mediante, su escenificación en la Next Gen de un título mastodóntico que ahora sí cuenta con un digno sucesor al trono. Tiene sus aristas, no nos ceguemos, pero en su conjunto la propuesta de Hewxworks y C.I. Games ha sabido condensar como nadie (bueno sí, Lies of P también hace lo propio con Bloodborne) la idiosincrasia de From Software a la vez que añade otras capas, de cosecha propia, para conferirle una personalidad que le distancia eones de las decenas de clones que se han ido publicando estos últimos años y que finalmente terminaron perdiendo sus almas.

El uso del motor Unreal Engine 5 eleva su factura visual a un primer nivel

El título hereda a pies juntillas los pilares este tipo de juegos como los puntos de guardado en puntos muy concretos, una endiablada dificultad y una extensa y variada personalización con centenares de armas y armaduras que disparan la creación de builds para afrontar los grandes retos que propone.

¿Pero qué hace a Lords of the Fallen tan especial? En primer lugar, la dirección artística nos sumerge en un mundo medieval postapocalíptico lleno de peligros que recoge la esencia de los Dark Souls y la potencia con un acabado gráfico de primer nivel (algo de lo que no suelen presumir los juegos de From) gracias al uso del motor Unreal Engine 5.

El acabado gráfico es soberbio. Entra por los ojos y te enamora. El acabado gráfico es soberbio. Entra por los ojos y te enamora.

El acabado gráfico es soberbio. Entra por los ojos y te enamora.

A ello hay que sumarle la variedad de escenarios y la construcción única de un mundo lleno de atajos, recovecos pero que, y aquí viene su gran novedad, cuenta con dos planos interconectados: el reino de los vivos, Axiom, y el reino de los muertos, Umbral. Y para transitar entre uno y otro nos tocará usar una lámpara que se convierte en el catalizador del juego. Si no encontramos una salida en Axiom, iluminamos con la lámpara y en tiempo real se genera el mundo de Umbral que ofrece esa escapatoria creando un puente donde antes había un vacío o tumbando esa puerta de hierro que nos impedía el paso.

Además, trasladarnos a Umbral llevará implícito una serie de peligros ya que cuanto más tiempo pasemos en él más daño y enemigos nos atacarán por lo que deberemos buscar ciertos puntos en los que volver a Axiom para seguir la aventura. Esta dualidad, que a priori puede parecer un añadido secundario, hace pivotar toda la estructura del juego confiriéndole un abanico de posibilidades abrumador a lo que hay que sumar que si morimos en Axiom, tendremos una segunda oportunidad en Umbral. Si caemos aquí, toca volver a empezar. Un paracaídas que en más de una ocasión nos salvará de repetir un tramo de escenario y que suaviza (algo) su endiablada dificultad por momentos.

Los combates son frenéticos y viscerales. Los combates son frenéticos y viscerales.

Los combates son frenéticos y viscerales.

Argumentalmente el juego no es tan críptico como los Souls y, aunque también abusa de las descripciones en objetos y los diálogos con NPCs para enterarnos de la trama, el hilo argumental es claro: toca derrocar a Adyr, el Dios Demonio y para ello habrá que hacer morder el polvo a bastantes jefes y sus lacayos en una aventura que puede alargarse durante más de 30 horas.

La posibilidad de escoger entre 9 clases iniciales (y otras tantas secretas que se desbloquean más adelante) son otro plus para un título que viene perfectamente traducido al castellano pero no doblado y que cuenta también con una banda sonora que alterna bien la epicidad con los momentos de paz.

La conexión de los reinos de Axiom y Umbral en tiempo real es sorprendente

En su contra, más allá de la necesaria curva de aprendizaje para superar los retos en los combates y que para algunos jugadores puede echarles para atrás (es algo más difícil que Dark Souls 3, por ejemplo), están las inconsistencias que tiene en el framerate y que provocan momentos incómodos. Yo he podido probar la versión de PS5 en su modo rendimiento (hay otro de calidad a 4K y 30fps) y en ciertos puntos se resentía. Algo que poco a poco ha ido solucionándose ya que en apenas una semana de su lanzamiento ha recibido hasta tres parches con tal fin.

Tampoco ayuda su sistema de fijado de los enemigos que, incomprensiblemente, a veces falla y nos empareja con uno que no queríamos provocando algún daño no esperado.

Conclusión

Las expectativas con Lords of the Fallen eran altas teniendo en cuenta el tiempo de desarrollo y su ambición y, tras haberlo superado, la sensación es de que se ha cumplido con creces. Sus sombras, fácilmente subsanables con parches, no ensombrecen un título que brilla con luz propia, nunca mejor dicho y que crea su propio camino cimentándose en lo hecho antes por From pero elevándolo varios escalones a nivel visual y narrativo. Es muy difícil brillar en un género que no para de producir clones pero los chicos de Hexworks, un estudio español afincado en Barcelona, han sabido dar los pasos correctos para no tropezar y crear un viaje que, si las ventas acompañan, puede tener continuación en el futuro. Yo lo tengo muy claro: si te van los retos en los videojuegos no hay uno mejor en este 2023.

Hemos podido realizar el análisis de Lords of the Fallen para PS5 gracias a una clave que nos ha suministrado Plaion España.

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