¡Despertaron!

28 de mayo 2024 - 00:15

Se jugaba el último partido de la temporada, las gradas no presentaban el colorido de otras jornadas, más bien caras largas y las lágrimas de una afición entregada durante toda la campaña, provocadas por unos dirigentes, no se les pueden llamar directivos, que han llevado al equipo a la ruina en lo deportivo. En algún momento nos enteraremos si también en lo económico. Habían pasado los primeros 45 minutos, iban perdiendo 0-1 y alguien los debió despertar en el descanso. El Almería que salió en la segunda parte no era el mismo. ¿Qué despierta a un equipo en el minuto 46? ¿Cómo se consigue que 11 hombres que han demostrado una inutilidad a lo largo de toda una liga, cuando solo quedan 40 minutos sean capaces de dar la vuelta a un partido de la forma que lo hicieron? Asegura el representante del amo que van a seguir trabajando por el equipo. También nos dijo en temporadas anteriores que el Almería no dejaría nunca de ser un equipo de Primera, y hemos sido desde el primer partido de esta temporada el último. No somos el colista ¡aleluya! y nos alegramos de ello, parece que era el fin perseguido en la ya desaparecida liga. Qué hermosa afición. Conformarse cuesta poco. Se nos intenta convencer de que se luchará por estar el año que viene de nuevo en Primera, y nada que objetar al deseo, pero hay que tener en cuenta que si hemos perdido la categoría ha sido por una política deportiva errónea, cuando no nefasta. Se tardó demasiado desde la dirección en tomar decisiones ante la deriva deportiva en la que iba cayendo el equipo. Deberían estar pensando en otras movidas poco o nada deportivas, pero gracias a eso, al deporte y al nombre del fútbol en Almería se consiguen. No se conocen demasiados nombres que hayan llegado a la presidencia de un equipo de fútbol en nuestro país por amor al arte balompédico, y los que desembarcaron en el puerto de Almería no venían tan enamorados (como Pedro de Begoña) del fútbol capitalino. Se dejaron pasar las semanas, las derrotas, y se fue perdiendo la ilusión en una afición entregada, que vivía en el campo entre la ilusión y las lágrimas. Y nada se hizo. En el último partido había que levantar la esperanza, y en la segunda parte despertaron unos jugadores que, ante unas gradas casi vacías, hicieron el fútbol que la afición ha esperado durante un año. ¿Solo en el último partido, solo en los segundos 45 minutos?

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