Cambio cuántico-político

La política se ha vuelto cuántica, es distinta aunque en el fondo es igual. Tan solo ha mudado la apariencia

Los acontecimientos políticos no paran de sucederse en estos tiempos a un ritmo vertiginoso. Y digo que no paran de sucederse porque han brotado nuevos partidos, el pluralismo ha crecido y el separatismo también. No obstante, la suma de hechos no implica que cambien mucho las cosas. Muy en el fondo siguen igual. No podemos hablar de una grieta profunda en el bipartidismo, como se dijo, ni menos aun de una segunda transición. Existe un cambio, sin duda, pero aun esta en el principio y desde luego ese principio no es el verbo, ni el adjetivo, ni el adverbio, apenas una tilde en una hoja vacía. La democracia actual no es más democracia que la de antes, la del bipartidismo, y las nuevas fuerzas no son muy diferentes de las anteriores, pues las estructuras decimonónicas y las redes clientelares se han encargado de que todo sigua igual. Tal vez, como dije una vez, la política se ha vuelto cuántica. Como el gato de Schrödinger la política está viva y muerta a la vez. Hay un cambio y no lo hay simultáneamente. Lo parece nada más. Donde más se aprecia esta dualidad entre la realidad y la apariencia es en el ciudadano de a pie. Por muchas noticias aparecidas en los medios (manipuladas) siguen sin resolverse los problemas del trabajo y los de la vivienda. La reforma laboral no se ha invertido, la precariedad ha aumentado. Por otro lado se avecina otra crisis inmobiliaria por culpa de descontrol de los alquileres. Y estos, que son los problemas más graves y urgentes del país, no tienen cabida en el congreso, en los programas electorales de las próximas elecciones, en los independentistas, en los constitucionalistas. Son problemas despreciados y despreciables. Por eso digo que aunque haya muchos acontecimientos políticos nuevos en el fondo no ha cambiado nada. Me parece una falta de respeto tejer argumentos sobre la situación política obviando estas lagunas. Y me parece muy osado imitar a Chomsky en ese proceso, como hacen algunos sin formación en ciencias políticas. ¿Dónde está la democracia entonces? ¿Las asociaciones, sindicatos, plataformas, los ciudadanos, no forman parte de la democracia? ¿Nadie va a decir nada de los problemas más graves? Dicho así el ciudadano es el gran abandonado en esta nueva edad de cambio y si nadie lo remedia va a seguir siéndolo, circunstancia que va en aumento mientras se suceden los nuevos acontecimientos.

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