Celebrada en Emiratos Árabes, todo el mundo ha estado pendiente de la COP28, pues el objetivo más esperado era saber algo de cuándo se van a dejar de usar los combustibles fósiles. Precisamente en esta edición que se celebraba en los emiratos árabes. Allí se han reunido los casi 200 países que forman parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, pero curiosamente sin la presencia de Xi Jinping ni la de Joe Biden.

Teóricamente, al menos, las COP son reuniones para tratar de frenar el cambio climático a nivel global, y que traten de temas tan importantes como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, y tratar de frenar el cambio climático.

En la reunión de este año, el acuerdo final de la COP28 propone reducir la producción y el consumo de los combustibles fósiles de una manera justa, ordenada y equitativa, con objeto de balance cero de emisiones en 2050. ¡Para largo me lo fiáis, Sancho!

De abandonar los combustibles fósiles, nada de nada. Bastante es que han acordado una reducción progresiva. Además, ni siquiera mano dura en guante de seda, ha habido mano blanda en guante de seda, pero algunos asistentes señalan que por primera vez se habla de parar la producción de todos los combustibles fósiles.

Lo más llamativo, promocionar el uso de combustibles bajos en carbono y triplicar para 2030 la generación de energías renovables. La UE ¡más papista que el Papa! va más allá, y manifiesta su intención de continuar trabajando por el fin de los combustibles fósiles. La parte positiva, que ese acuerdo final de la COP28 consensúa el principio del fin de los combustibles fósiles y promueve el abandono progresivo de los mismos.

Y añado yo, ¿han contado con nosotros para consultarnos sobre quién va a pagar todos esos cambios? Que sí, que sabemos que son necesarios, que el carbón es malo, pero por qué no se preocupan de decirnos quién, cómo y cuándo va a ser el pagador.

Por otra parte, tampoco nos dicen nada de reducciones de emisiones de CO2, a la par que de reducciones de petróleo. Y ahí se les olvidan los procesos de fabricación y de consumo de muchos de los artículos que influyen en las emisiones de gases de efecto invernadero, que podrían reducirse. ¡Más de lo mismo! Véase la poca repercusión que la reunión ha tenido en los medios de información.