República de las Letras

Derecho al aborto

Es demagógico que se haga pasar como fomento de la natalidad una decisión tan contraria a la dignidad de las mujeres

La actitud chulesca del vicepresidente de Castilla-La Mancha, de Vox, es el botón de muestra de la mentalidad de los políticos de ese partido de extrema derecha y de su electorado. Instalado en la creencia, tan cutre, de que a las mujeres hay todavía que dirigirlas, pues no son capaces de decidir por sí mismas, pretende este señor la indignidad de que a las que quieren abortar se les haga pasar por un verdadero calvario, por un proceso de acoso para presionarles emocionalmente con el fin de que no lo hagan. Se trata de una táctica copiada de Trump. El Pp de Feijoo, siempre "comprensivo" con las iniciativas antidemocráticas de sus socios neofascistas, justifica la medida diciendo que con tal práctica contraria a los derechos de la mujer solo se trata de fomentar la natalidad en la región. Es indignante que se utilice a los médicos como ejecutores de tal presión, lo que no entra en sus funciones ni forma parte del acto médico como tal. Y es demagógico que se pretenda hacer pasar como fomento de la natalidad esta decisión tan contraria a la dignidad de las mujeres. El verdadero fomento de la natalidad sería una buena protección familiar, tanto en lo económico como en lo laboral y educativo, una adecuada política de conciliación, una serie de medidas sobre la crianza y educación de los hijos y una igualdad efectiva entre el hombre y la mujer.

Eso es lo que hay con Vox: consideración de la mujer únicamente como una máquina de fomento de la natalidad, no como una persona con su correspondiente capacidad de decisión. Es la mujer como menor de edad, a la que hay que sustraerle su libertad porque no sabe usarla y hay que hacerla depender del varón en todas y cada una de las fases de su vida, incluyendo el momento de la maternidad. Para ellos, una maternidad responsable es la que obedece a los designios demográficos del Estado, es decir, del hombre, no la que se deriva de decisiones de cada mujer en sus particulares circunstancias. Y esto es lo que hay con el Pp, que por gobernar es capaz de asumir como suyas este tipo de medidas contrarias a los derechos individuales contemplados en la Constitución, ya que la mentalidad conservadora y ultraconservadora de sus militantes y de gran parte de sus electores, es proclive a ellas.

Todos los colectivos, como este de las mujeres, deben plantearse muy seriamente su voto en las próximas elecciones: les van en ello sus libertades.

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