Episodios andaluces: Tino y tila

Termino este episodio esperando tino a los que gobernarán, y tila a los que llegan o están en la oposición

Son días convulsos en Andalucía. Esperanzadores para algunos, depresivos para los otros. La causa: los traspasos gubernativos, los cambios de banquillo en la oposición y, lamentablemente, las salidas de tono que, como puños, se lanzan los púgiles del cuadrilátero político. Buscan persuadir y venderse a la ciudadanía, a la postre, su electorado. Pura denotación para informar de lo buenos que son, y lo malo que es el contrario; y más connotación para transmitir a esos mismos ciudadanos, bien que ellos están de moda y hay que comprar su discurso, o bien que las ideas y comportamientos del resto huelen muy mal y deben combatirse en la calle. Pues ni lo uno, ni lo otro.

Expliquémonos. Como dicen ahora, el postureo de Ciudadanos roza lo esperpéntico. Tanto se quieren poner de lado con Vox, a la postre socio de investidura, incluso de gobierno -si quieren perdurar, tiempo al tiempo-, que la coherencia con la que actuaron -y de la que presumen- brilla por su ausencia. Marín, Rivera, tiren de sabiduría marianista: lo que es, es, y lo que no es, no es. No consideren a la gente tan ignorante. Y digan a la flota napoleónica que vino a replicarles por "ajuntarse" con los de Abascal, monseñor Valls por babor y messie Macron por estribor, que, con amigos así, ya saben, los enemigos mejor en casa y a cuerpo de rey. Piensen en andaluz. Cambiando de tercio, el gobierno saliente, ósea, la Sra. Diaz, aún se encuentra asimilando su desahucio del Palacio de San Telmo. Un shock como el del empollón que catea por primera vez, con el hándicap, para su desgracia, de tener un jefe de partido -el "molusco gasterópodo de Moncloa"- que emplea todas las armas y ardides a su alcance para despojarla del único escaparate público que le queda, el sillón de la oposición. Ni tan siquiera eso le quieren dejar, con lo que fue Susana …

Esto es la política, lo sabemos. Y Juanma Moreno también. Nadie apostaba por él, ni su propio partido, que vino a hacerle la campaña electoral, y a pesar de obtener los peores resultados, ¡olé!, la semana que viene Presidente de la Junta. Tragará mucho con Vox, tanto como tiempo quiera gobernar, y, como diría el poeta, en cada votación volverán los malos augurios de su mandato sus nidos a colgar. Es lo que hay.

Termino este episodio, uno más de tantos que vendrán, esperando tino a los que gobernarán, y tila a los que llegan o permanecen en la oposición.

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