En menos que canta un gallo

Manuel Peñalver

Escribir en un periódico

UNA pregunta, retórica, o no, surge en los instantes en los que los tiempos no son los de Simeone, sino los de Carlo Ancelotti y Xavi Hernández, que, mientras llega su hora, hace de tripas corazón. (Este modismo está ya presente en El cuento de cuentos de Quevedo). La pregunta, metalingüística, o no, como la Remington de Mark Twain, es la siguiente: ¿qué es escribir en un periódico? La respuesta la encontramos en los artículos de un monovero universal: José Martínez Ruiz, Azorín: la claridad, la concisión, el ingenio, el humor, la brevedad, la precisión, la ironía. (Y las metáforas, en lugar de los ripios).

Con la sintaxis, tan hermosa como la de Eduardo Benot. Con la semántica, tan mirífica como la de Stephen Ullmann. Con un diccionario, tan filológico y pragmático-comunicativo, como el de la ASALE: fruto de la colaboración entre las veintidós academias de la lengua española, que en el mundo son. Azorín descubrió los secretos del texto, del párrafo, del enunciado, de la oración, del sintagma y de la palabra. Como si fuera un exégeta de la escritura, que la noche serena caligrafía con la métrica del silencio. Con un estilo, el cual solo poseen los mejores escritores de periódicos, que han sido y serán.

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