República de las Letras

JUSTICIA CIEGA

Quien hizo la ley, hizo la trampa: la justicia humana siempre es relativa, nunca absoluta, nunca perfecta

Antes de nada, deseo a todos y todas que este nuevo año, si no feliz, feliz del todo, al menos venga lleno de salud, paz y prosperidad. Amén. Yo, este año que ha pasado, he aprendido mucho. Y es que, aun a mi edad, nunca dejo de aprender. La Vida y la gente nunca dejan de sorprenderme. El que diga que ya lo sabe todo, o es un necio o es un ignorante.

Pues este año he aprendido, por ejemplo, que todas las leyes son relativas. Qué curioso, ¿no? "La ley es igual para todos", dijo el emérito, mientras regalaba 65 millones a su amante sin que Hacienda se enterara. Se le olvidó añadir: "…menos para mí". Rajoy, otro ejemplo, no dotó económicamente la Ley de Memoria Histórica, para no tener que cumplirla.

Hoy en día, en España se puede elegir qué ley cumplir y cuál no, según convenga a ciertos grupos de presión políticos o económicos. O se cumplen unas partes y otras no. La Constitución, sin ir más lejos, tiene partes que sí y partes que no. Por ejemplo, lo de la renovación del Poder Judicial: como no interesa a la derecha, pues no se renueva, por más que lo mande la Constitución. En cambio, para Cataluña se exige su cumplimiento a rajatabla. Es otra ley relativa. Porque en España, como dijo no sé qué juez, históricamente se ha legislado para robagallinas, no para las élites económicas ni para las más altas instituciones del Estado. Para éstos, los pasteleos de los abogados pueden buscarle a la ley el resquicio por donde se salven los intereses de aquel a quien la ley no le vaya bien. Quien hizo la ley, hizo la trampa, dice el refrán.

Por otro lado, he aprendido también que no hay juez justo: todos estamos influidos por nuestra ideología y nuestra mentalidad, sea conservadora o progresista. Ni los jueces escapan a esa premisa. Por ejemplo, los magistrados del Poder Judicial, que saben que están ilegales desde hace cuatro años, pero no dimiten. Otro ejemplo, los del Tribunal Constitucional, que se clasifican en dos facciones: conservadores o progresistas.

Ninguno neutral. Así, ¿cómo van a ser justos sus dictámenes? Siempre serán parciales. Hay que ver lo que aprende uno de la televisión y de la prensa -si apartamos la publicidad, claro, que es el opio del pueblo actualmente, y esa es otra-. Así que, ¿Justicia ciega? La justicia humana siempre es relativa, nunca absoluta, nunca perfecta. Pleitos tengas…, dice otro refrán.

Dios nos libre de abogados y jueces. Feliz año.

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