Marlaska y la tortuga

Resulta una broma decir que no se pueden mejorar los medios de nuestras Fuerzas de Seguridad porque no hay dinero

02 de marzo 2024 - 00:00

La Doctrina (D-0-0-1) para los militares es nuestra carta magna y las normas que figuran en ella son de obligado cumplimiento. En los principios fundamentales de la guerra de esta Doctrina, la “voluntad de vencer” figura como el primero de ellos y por tanto el más importante. Es un principio lacónico, escueto y preciso; no necesita más. Pero este principio vale no solo para la guerra, sino para corregir errores, acabar con malos vicios y costumbres nocivas de nuevo cuño. “Voluntad de vencer” es una frase corta, que hasta el más torpe de los ministros está capacitado para retener y memorizar. Supongo yo. Para acabar con algo nocivo, lo primero y más importante es tener la voluntad de quererlo y de hacerlo, sin esperar a que se disipe por sí solo y que se vaya diluyendo con el paso del tiempo. Durante la noche del 9 de febrero fueron asesinados salvajemente los Guardias Civiles David Pérez Carracedo y Miguel Ángel González Gómez y un tercero resultó gravemente herido, cuando sobre una zodiac trataban de detener a una potente lancha tripulada por narcotraficantes. Lucha desigual, desproporcionada y cruel. Son Guardias que tiene como divisa el orden y la ley, pero nada más, porque los medios que se les asigna son ridículos, escasos, obsoletos. Con esta desproporción de medios jamás acabaremos con los narcotraficantes. Lo sabe Pedro Sánchez, el Ministro del Interior y lo sabemos todos; incluidos los narcos. Pero siendo esto muy grave, que lo es, hay algo más grave aún y es la prohibición que tienen estos servidores de la ley, de hacer uso de sus armas de fuego reglamentarias; naturalmente esto lo saben los narcotraficantes y por eso se chulean delante de sus narices. La imagen que vimos el otro día en televisión, en la que un helicóptero perseguía a una potente lancha de narcos en aguas del Estrecho, que terminó con la huida de ésta a aguas internacionales, no hubiese pasado nunca en otros países.

Millones de españoles nos preguntamos ¿Qué tiene que ocurrir para que en estos casos se haga uso de las armas que lleva el helicóptero y sus tripulantes? ¿O es que salen desarmados? Estos detalles de ejecución no solo sería conveniente que el señor Marlaska los explicara, sino que es necesario; y tiene que hacerlo sin ambigüedades ni florituras. Sobre sus espaldas lleva el Sr. Ministro el peso de dos crímenes. Por otro lado todos sabemos que, en el mejor de los casos, los asesinos pasarán solo unos pocos años en centros penitenciarios de cuatro estrellas; porque para eso sí hay dinero y volverán a las andadas. Ya apenas se habla de ello y dentro de unos meses será un caso cerrado para todos; para todos menos para estas familias destrozadas que seguirán llorando toda la vida de rabia y de impotencia y para todo el cuerpo de la Benemérita Guardia Civil ejemplo de profesionalidad y de estoicismo. La imagen de Pedro Sánchez con traje de fiesta y amplia sonrisa en su rostro durante la entrega de los Goyas en Valladolid, ha quedado grabada en mi retina y ahí permanecerá hasta el final. Una vez más los narcos se han escapado y Marlasca también, que es de lo que se trata.

Zenón de Citio hace unos 2300 años, con su retórica, quiso demostrar que Aquiles, el atleta más importante de su tiempo, en una carrera nunca alcanzaría a una tortuga, siempre que aquel le diese unos metros de ventaja en la línea de salida. Todos sabían, incluido el filósofo, que aquello era imposible, pero había que demostrarlo. Pues bien, hasta hace pocos años esta tortuga posiblemente era la más famosa de todos los tiempos. Ya no lo es. En España también tenemos desde hace unos años una tortuga, que con las bendiciones de la Ministra de Ambiente y Transición Ecológica, a esta especie podríamos clasificar como animal de compañía. En cuanto a su género yo no sabría definirlo; lo dejamos en ambiguo. Esta tortuga no es una tortuga cualquiera. Su jefe lo ha puesto al frente de un ministerio y desde su despacho, que lo ha instalado dentro de su propio caparazón, da las órdenes oportunas para llamar a los emigrantes (efecto llamada) y no molestar excesivamente a los narcos, ni a los okupas entre otros gremios. Mi buen amigo Remigio me dice que el haberse metido dentro de su caparazón será para protegerse del frío y ahorrar así dinero en calefacción - No me seas ingenuo Remigio - Se ha metido en ese caparazón para no oír las críticas de sus subordinados, de la mayoría de los españoles, y últimamente de los de su partido que le dicen que se vaya. Lo de dimitir, “ni se le ha pasado por la cabeza”. Resulta una broma decir que no se pueden mejorar los medios de nuestras Fuerzas de Seguridad porque no hay dinero. ¿Qué no hay dinero? ¿Ha probado Vd. Sr. Presidente a cerrar cuatro o cinco ministerios, de esos que la mayoría de los españoles ni sabemos que existen? Son esos, cuyo nombre es difícil de recordar, donde se mezclan “Transformación Digital, Inclusión, Igualdad, Consumo, Movilidad Sostenible y dos Agendas, por si una era poco, la Urbana y la 2030”. Mientras los agricultores en pie de guerra, porque nadie les hace caso, se preguntan: Y de lo mío qué? ¿Adónde tengo que dirigirme para que mis tomates sean rentables y no terminen convertidos en zumo en alguna autopista francesa?

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