El pasado mes de mayo se presentó oficialmente el Observatorio Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos (OIDDHH), en Almería. Una organización que nace a caballo entre Andalucía y las Islas Canarias, desde lo local hacia lo global, que tiene como fin servir a la sociedad como un punto de encuentro de buenas prácticas y de buenas costumbres. Establecer acciones de conexión permanente para el impulso y desarrollo social de los territorios, generando espacios para la creación alianzas de unión entre las diferentes regiones emplazadas en los diferentes continentes. Impulsar acciones de cooperación compartida, de intermediación creación y apoyos a sinergias, a estrategias global, que permitan enfrentarnos a los desafíos del Siglo XXI, en su defensa del nuevo liderazgo que sea capaz de abordar los retos de una sociedades que deben de ser más justas y equitativas; que sean capaces de compartir y materializar sus conocimientos sobre economía circular, defensa de los energías renovables, lucha contra el cambio climático y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles en sus áreas de influencia, en el potencial de liderazgo que sean capaces de atraer, así como su impacto social y comunitario, siendo el desarrollo sostenible de los Pueblos el pilar básico de acción, basándose en el respeto a los derechos humanos, en la igualdad, la fraternidad y la libertad de los Pueblos.

El Observatorio Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos ha establecido, como líneas de trabajo principal, la organización de cursos de formación y proyectos de índole cultural para crear el tejido social y cultural que quiere impulsar alrededor de la organización.

Apremia una gestión responsable del medioambiente y un desarrollo de los pueblos sostenible. Porque las diferentes tensiones geopolíticas nos presentan un futuro incierto, donde muy posiblemente la escasez de recursos naturales, junto con la crisis económica, lastre a las sociedades. Todos estos factores influirán en el día a día de las diferentes sociedades de consumo, pudiéndose apreciar la adolescencia de derechos elementales como el acceso a los alimentos de primera necesidad, viviendas dignas, educación de calidad, una sanidad mínima y universal, junto con la posible carestía de los derechos y libertades del individuo.

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