República de las Letras

Política, el arte de lo posible

El presidente del Gobierno, hasta ahora, no ha hecho otra cosa que Política, el arte de la negociación y el acuerdo

La política, se ha dicho siempre, es el arte de lo posible. La Política, se dice también, es el arte de la negociación, la cesión en los principios y el acuerdo en la búsqueda de un buen funcionamiento del Estado para bien de los ciudadanos. En Democracia, cualquier idea es legítima y tienen sus partidarios el derecho de procurar ponerla en práctica para la mejor convivencia social dentro de lo que tal idea expresa y significa, siempre que la herramienta utilizada sea la palabra y no la violencia. En Democracia, el Parlamento representa la voluntad popular. Disculpen la intro, pero son conceptos básicos que hay que recordar en estos momentos en que la Democracia en nuestro país se está viendo tan comprometida. Porque resulta que uno de los poderes del Estado ha pretendido impedir al Parlamento su funcionamiento, impedirle que legisle. El precedente que se puede sembrar con ello, y quizá a estas horas esté sembrado ya, es que el poder legislativo, expresión de la voluntad popular emitida en las urnas, sea amordazado por los intereses político-sociales de una de sus minorías en connivencia con otro de los poderes del Estado, que tiene actualmente mayoría conservadora porque algunos de sus componentes, que tienen el mandato caducado, se niegan a dejar los cargos.

El presidente del Gobierno, hasta ahora, no ha hecho otra cosa que Política, el arte de lo posible, el arte de la negociación y de los acuerdos. Por más que se empeñen en deslegitimarlo, las actuaciones del primer gobierno de coalición de la historia española han sido siempre actos de gobierno, y todos ellos han estado dentro de la Constitución. Digan lo que digan los partidos de la derecha y la extrema derecha. Porque todo en Política es posible si rige sobre ese todo la Constitución. Y eso es lo que ha funcionado hasta ahora en el gobierno de Pedro Sánchez.

Si a la Democracia, si a la Política se le ponen líneas rojas, si hay acuerdos prohibidos para el Gobierno, este se convierte en un gobierno tutelado, la Democracia se subvierte y la Política se degrada. Es gravísimo que las derechas hayan pretendido conseguir mediante la utilización del Poder Judicial lo que no consiguieron en las urnas. La metáfora de que en vez de tricornios esta vez se han querido utilizar las togas es certera. El fin ha sido el mismo: impedir al Parlamento que legisle y, al Gobierno, que gobierne. Ha faltado más Política.

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