Putada tras putada

RAE. Putada: faena,mala pasada. También: situación desagradable sin remedio

Además,de ofrecer su significado, la RAE etiqueta de malsonante la palabra putada. A mí también me lo parece, pero es tan gráfica como el taco que sueltas cuando te machacas un dedo con el martillo. Por lo tanto, disculpas por su uso a los puristas del lenguaje o los finos de habla o delicados de oído. Sin embargo, a mi amiga, digamos Marijuli, le parece una gran putada soportar las dolencias y limitaciones en su calidad de vida provocadas por la secuelas de la Covid, el llamado síndrome de la Covid persistente. Marijuli no sabe cuándo remitirán los síntomas, si remiten, como también lo ignoran los centenares de miles de personas que se hallan en el mismo estado, escenario trágico que podría denominarse putada monstruosa.

Esta columna está escrita en horario valle. Ni se me ocurre hacerlo en hora punta ni en el tramo llano porque lo de la electricidad es una putada de alto voltaje. Esto me lleva a pensar que los españoles somos una especie propensa a soportar putada tras putada. La ministra del mercado eléctrico no toma ninguna medida que baje el precio de la factura y apela al buen corazón de los accionistas de las eléctricas para abaratar el recibo de la luz. Vamos ministra, además de putada, recochineo. Y lo aguantamos. Es indignante y decepcionante este tipo de políticos. En su lugar, un 'experto' nos manipula acerca de cómo usar los electrodomésticos con nocturnidad, lo cual es como invitarnos a no utilizar el coche para ahorrar combustible. O sea, kilovatio de putada.

Desde cuando ni se sabe, a esta Almería de Manolo Escobar y Bodas de Sangre, vienen y van los políticos de unos y otros colores con putaditas ramplonas de ferrocarril. Poco a poco, que no se note la gran putada de ponernos la miel del tren en los labios. Pero, por Dios, si tras dos años de haber sido licitada, es ahora cuando el Gobierno autoriza la contratación de la ejecución de las obras de plataforma en el tramo comprendido entre Lorca y Pulpí. Es decir, una putada sin raíles.

Pagamos impuestos al objeto de mantener servicios básicos e indispensables para el bienestar ciudadano, entre ellos no se incluye el mantenimiento de ministerios absolutamente inútiles. La putada económica para nuestros bolsillos viene dada por la subordinación del Presidente del Gobierno a los maulas titulares de las carteras ministeriales. Reitero mis disculpas por la utilización de la palabra putada, aunque, sin embargo, creo que se han quedado muchísimas en el tintero.

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