República de las Letras

Tardeo

Tardeo: salir por las tardes los jueves, viernes y sábados con los amigos y/o amigas a tomar algo por ahí

Pensaba yo hablar hoy de la frasecita que se ha dejado caer Feijoo sobre que el cristianismo no genera actos violentos como el ocurrido en Algeciras. Se ve que no se ha leído la Historia, todo eso de las guerras de religión, la conquista de América, el nacionalcatolicismo franquista... No somos precisamente los cristianos quienes podemos dar lecciones morales en el tema de la violencia religiosa. Pero, en fin, menos mal que la religión ya, para muchos, ni pincha ni corta y solo se mantiene en lo social con los BBC -ya saben, bodas, bautizos y comuniones- y con la parafernalia cofradiera semanasantera. Por lo demás, a quién le importan ya la religión, los curas y sus dogmas.

No. Hoy voy a tratar el tema candente del tardeo. Tardeo: salir por las tardes los jueves, viernes y sábados con los amigos y/o amigas a tomar algo por ahí y a pasarlo bien. Es una fórmula que va teniendo cada vez más éxito, irse de cervezas y vinos, de tapas que decimos aquí, y alargar con los cafés y las copas hasta la noche. Así, a la luz del día y a la vista de todo el mundo. Es una moda, un movimiento social esencialmente juvenil, aunque también los viejos nos apalancamos con frecuencia en una mesa a pasar la tarde con un descafeinado de máquina o de sobre, o un chocolate con churros, seguidos a lo mejor de un helado moderado, un zumito o un simple vaso de agua, tan tranquilos. El tardeo se ha impuesto, se va extendiendo. A los hosteleros les debe de venir fenomenal, pues cubren con creces una franja horaria que hasta no hace mucho tiempo era muy sosa, muy poco rentable. Aunque según los de Madrid, parece que resta personal al llamado ahora "ocio nocturno".

Pero pueden darse con un canto en los dientes: venderán también por las tardes, ¿no?, así que... Peor era cuando el botellón, que no vendían una escoba porque los jóvenes compraban las bebidas en los supermercados. La gente se ha dado cuenta de que ocio, socialización, grupo de amigos y diversión no tienen por qué estar asociados a la noche. La noche comenzó a pudrirse en los años 70, con la droga, y siempre ha sido campo abonado para la delincuencia y la mala vida, esa que se llevó por delante a, al menos, dos generaciones en el último cuarto del siglo pasado. Que la tarde no está libre de eso, ya se sabe, pero siempre la luz del día ha sido molesta para los sujetos indeseables y la mala gente. Así que bienvenido sea el tardeo.

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