Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

El doble desafío de Juanma Moreno

Andalucía ha abierto un debate nacional en unos momentos en los que todo apunta a un cambio de ciclo en España

Juanma Moreno sabía que la iba a armar. El Foro organizado en Madrid por el Grupo Joly, editor de este periódico, era una ocasión idónea para lanzar un anuncio rompedor y hacerse el protagonista de la noticia de la semana. Andalucía se presentaba en la capital como una comunidad capaz de competir en medidas para dinamizar su economía y atraer inversiones con las más ricas de España. Y eso era, más allá del alcance de las medidas concretas que se han aprobado esta semana, romper un modelo que muchos creían inamovible. El modelo, dibujado a grandes rasgos e intentando no caer en demagogias impostadas, venía a decir que las comunidades ricas pueden permitirse unos lujos fiscales que no están al alcance de las que son más pobres. Madrid sí puede bajar impuestos para hacer más atractiva la llegada de capitales y las inversiones productivas, y Andalucía no porque su situación social no le permite jugar con la recaudación tributaria. Juanma Moreno, con la bajada del Impuesto sobre la Renta y la supresión del controvertido y poco eficaz Impuesto del Patrimonio, ha dado un golpe sobre la mesa y ha dicho que esas premisas son falsas.

Más allá de los efectos puramente económicos, el debate propuesto por el presidente andaluz tiene derivadas muy interesantes y que darán mucho que hablar en los próximos meses, que van a ser de alta temperatura electoral. Con la mayoría absoluta obtenida el pasado 19 de junio Juanma Moreno se ha convertido en un referente dentro de su partido -con un perfil más moderado y dialogante que el de Isabel Díaz Ayuso, por ejemplo- y en uno de los principales actores de la actual política española. En su intervención en el Foro Joly Moreno lanzó un doble desafío: por un lado, al Gobierno de Pedro Sánchez, poniéndolo ante una política de hechos consumados que afecta nada más y nada menos que a los equilibrios territoriales. Por el otro, a comunidades gobernadas por su propio partido: Madrid es su modelo, pero también su competidor tanto como lo puede ser Cataluña. No son cuestiones menores. Es una apuesta política arriesgada con independencia de que se consigan los resultados económicos que el presidente ha enunciado.

Desde un punto de vista puramente político, Andalucía se ha puesto al frente de un debate nacional de calado. Eso es una novedad y supone un cambio cualitativo en el panorama español en unos momentos en los que todo apunta a un cambio de ciclo. Que una región como la nuestra juegue fuerte sus cartas y tenga potencia como para condicionar la agenda nacional es algo que conviene valorar. Los primeros pasos están dados y han sido efectivos.

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