Las dudas de Anne

05 de julio 2025 - 03:08

Su rostro ovalado, sus ojos color esmeralda y su melena Bob, hacían de Anne una mujer madura sumamente atractiva. Hacía poco que había dejado su cátedra de Filosofía en la Universidad de la Sorbona, y había tomado la decisión de cumplir algunos sueños. Francesa de nacimiento e hija de español, su vida se enmarcó entre dos mundos diferentes. Su padre les había inculcado a su hermano y a ella el amor por su cultura, e indefectiblemente, todos los veranos partían hacia el sur para compartir las vacaciones con su familia española. Guardaba de ese tiempo los recuerdos más hermosos. Aquel paréntesis en su vida rutinaria lo guardaba en su memoria como una feliz aventura, en la que disfrutaba de unas experiencias únicas. La vida allí era reposada, los días largos y la forma de ser: espontánea. Esta impronta española, junto a su educación francesa, modeló su carácter de mujer libre e independiente. Recordaba a las mujeres de la familia, sobre todo a su abuela, con su bata de cuadros, el mandil, el pelo recogido en un moño y una biznaga de jazmines en el pelo. En cambio su madre y ella, ataviadas con sus vestidos de piqué, con las rodillas al aire, las mangas a la sisa y los pañuelos de seda al cuello, parecían sacadas de contexto. Esas excursiones veraniegas acabaron cuando sus padres envejecieron, hacía más de cuarenta años que no iban e incluso habían perdido el contacto con su familia. Sintió una punzada de añoranza, y recordó que su nombre: Anne, se debía a la patrona de su pueblo. Se acercó al kiosco de prensa y llamó su atención la portada de un periódico español, una noticia se resaltaba en primera página: la violencia de género se había cobrado una nueva víctima: Ana. Había sido ella misma quien se había quitado la vida, arrojándose al vacío al huir de su marido. Le dio un vuelco el corazón, recordó a las mujeres de su familia paterna, tan modositas, tan calladas en público y revoltosas entre ellas. Se preguntó cuántos infiernos se ocultarían bajo aquella aparente mansedumbre doméstica. Sintió un escalofrío cuando leyó la localidad en la que había tenido lugar el suceso: era su pueblo. Sería Ana alguna de las niñas de mirada inocente que aparecían en aquellas fotos sepia, que aún guardaba en el álbum familiar?.

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