Entre hipócritas anda la cosa

Lo hipócrita es escuchar cómo los políticos del PSOE defendían a la ex ministra Montón antes de su "dimisión"

Absoluta y enormemente hipócritas. Se comprueba en la gente cuando finge y exagera sentimientos, actitudes, discursos, todo con intención de perjudicar a los demás gratuitamente, o para interés y beneficio personal. Esto se lo cuento mientras escucho hablar a unos y otros sobre las polémicas creadas esta semana con los masters y tesis doctorales de los miembros del Gobierno. Meses atrás se abrió la veda con los masters de Cristina Cifuentes y Pablo Casado (si obviamos a Errejón). Cifuentes terminó contrariada, destituida mediante dimisión, e investigada. El culebrón de Pablo Casado no ha terminado, pendientes de la última palabra del Tribunal Supremo. Fea pinta la cosa para el -todavía- Presidente del PP. Resalto ese adverbio, y guárdenlo en la memoria.

Esta semana continuó la caza del master, a la que se unió también la de tesis doctorales. La mirilla se fijó, y se cobraron la pieza de la ministra de Sanidad, Carmen Montón. No hizo honor a su apellido, aguantando solo cien días, aunque son más que seis, los mismos que duró el otro ya ex ministro -olvidado- de Educación del Gobierno Sánchez. Y muchos se preguntan cuánto le quedará al Gobierno en su conjunto. Lo hipócrita de todo, que de eso veníamos a hablar, es comprobar y escuchar cómo ahora los políticos del PSOE defendían a la ex ministra Montón antes de su "dimisión". Utilizando las mismas palabras, mismos pseudoargumentos, mismas "nadas", que sus antecesores en el Gobierno, los políticos del PP, cuando éstos defendían antes a Cifuentes y, aún, a Pablo Casado. Adverbio, otra vez. Y en el bando contrario, viceversa, los políticos del PP y Ciudadanos espetando ahora contra Montón las mismas arengas y bufidos que lanzaban antes PSOE y Podemos a Cifuentes y Casado. Y quien dice master, dice tesis doctoral. La de Pedro Sánchez. Puesta en entredicho, con razón o sin ella, el tiempo dirá. Aunque el Presidente no puede ser hipócrita. Por honestidad y decencia, mismas palabras que dijo entonces con Cifuentes y Casado, incluso a Rajoy, debe proceder con coherencia si no actuó conforme al grado de exigencia y honorabilidad pública que él mismo impuso, junto a los líderes de Podemos, que ahora callan hipócritamente. Los fraudes, plagios o irregularidades académicas son todas iguales, con independencia de quien las cometa, ¿o no? ¡Ah! Se me olvidaba. Es que somos muy hipócritas.

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