Todo está en nuestras manos

Hoy termina la era de la mascarilla en interiores con negocio incluido para algunos

Nos extrañaba ver a algún asiático paseando por nuestro país con algo que solo veíamos cuando íbamos al dentista. Ya la conocen, la mascarilla. Un objeto que nos ha acompañado durante dos años y que apenas sabíamos de su existencia antes de la pandemia. Unas gomas que han destrozado alguna oreja que otra, pero que fue primordial para protegernos en la primera ola. Ahora la despreciamos y cuando nos obligan o alguien nos dice: "Mascarilla por favor" ceñimos la frente y subimos la ceja como Carlos Sobera en el programa televisivo '¿Quién quiere ser millonario? '. Hoy ya no es obligatoria en interiores (en farmacias, centros sanitarios o transporte público sí) y, obviamente, en exteriores desde hace un tiempo. Por eso más que nunca mantengamos las reglas e intentemos ser más responsables. Imágenes de calles, plazas etc, esta Semana Santa han puesto a algún que a otro sanitario los pelos de punta. Ni distancia ni nada de nada. Todo este pasotismo lo veremos dentro de 15 días. Espero que los datos sean los esperados, pero les sigo recordando que la gente sigue muriendo de esto, del puñetero bicho. 161 personas la última semana. Esto no es decir: "¡No salgamos a la calle, cuidado!" No. Simplemente es llamar a la prevención y ser más listos que el virus, porque algo más sabemos. Fíjense si sabemos un poquito más del cubrebocas que alguno ha hecho un buen negocio. Ahora conocemos al famoso Luis Medina y su colega Alberto Luceño con sus cochazos, vacaciones a todo trapo o los 56 contratos del Gobierno por la compra de material sanitario investigado por la justicia. Comisiones 'legales' pero no morales y más sabiendo lo que hubo en IFEMA y en otros puntos de España. Me refiero al esfuerzo de esa gente con EPI salvando vidas a mansalva. La única comisión que recibieron fueron unas palmas a las ocho de la tarde. Sabremos más, imagino, de las asignaciones a dedo. En resumidas cuentas, hemos conseguido todo lo que tenemos después de estos dos años de pesadilla, por nuestro coraje, paciencia y por ser referentes a la hora de confiar en la vacunación. Aunque hay todavía la defensa de que el pinchazo no es efectivo. Fin del bozal para ir saliendo del túnel que ha sido más largo que los cortes de la carretera de El Cañarete. Esperemos conseguir ese verano de 'Eva María' que cantaba Fórmula V. Recuérdenlo, cuídense y cuidémonos. Todo está en nuestras manos.

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