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El capitalismo es la mierda con la que tenemos que convivir porque tenemos miedo a investigar nuevas formas de organización económica

Un sistema económico que permite la convivencia de la acumulación más escandalosa con la pobreza tan absoluta de tantos lugares, no admite menos crítica que ha de revisarse para una puesta a punto. (Aquí es donde una pléyade de imbéciles se remanga sus enaguas intelectuales y me dice "claro, ¡querrás que sean los modelos de Cuba o Venezuela los que determinen nuestro tipo de vida!". Si lo tuyo es el blanco o el negro, el 0 o el 1, el sí o el no, ya te puedes dar de baja en esta columna que sólo persigue ser una escala continua de grises.) Pero claro, al estar montada la economía sobre unas premisas culturales tan inestables, aunque parezca todo lo contrario, nadie se atreve a ponerle ese cascabel a ese gato. La falta de acceso universal a cuestiones tan elementales como el agua potable (más de una de cada tres personas en el mundo no disponen de ella), los sistemas de alcantarillado (unos dos mil trescientos millones de seres humanos no disponen de saneamientos adecuados) o al mismísimo Internet (que apenas llega al sesenta por ciento de la población mundial… ¡y ya sabemos qué pensamos de unas elecciones en las que no se llega a ese porcentaje de participación!). Pues eso, que el capitalismo es la mierda con la que tenemos que convivir porque tenemos miedo a investigar nuevas formas de organización económica.

Lo de distanciarse de los problemas para poder analizarlos con la frialdad que otorga la distancia no creo que sea lo que hay detrás del objetivo de los dos multimillonarios que han descubierto en sendos viajes espaciales una forma especial de viajar. Tampoco es fácil descubrir cuáles son los verdaderos intereses de quienes los han acompañado. De alguno sabemos que su papá le ha regalado el viaje que cuesta unos veintiocho millones de dólares. ¿De qué se puede hablar con una persona que se permite un gasto de tal cantidad de dinero por subir a unos cien kilómetros de altura en un viaje que dura menos de un cuarto de hora? Estoy seguro de no faltarán ejércitos de librepensadores que justifiquen el hecho de que "cada cual se gaste su dinero en lo que le parezca"; pero fijémonos en la sinceridad del propio Bezos cuando se dirigió a las cámaras tras su vuelo: "esto lo habéis pagado entre todos vosotros" (refiriéndose a la asidua clientela de su marca estrella). Lo que parece muy claro es que estas personas saben que "mundo no hay más que uno", y lo han visto.

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