Lo normal siempre funciona

Está llegando un momento en el que del esperpento se pasa al descojone con el CIS

Paguemos a César lo que es de César, y a Dios, lo que es de Dios. Nos agarramos hoy a este pasaje bíblico para dar tributo a quien lo merece, por ser de ley y justicia, pregonando con el ejemplo de la verdad, en hechos y palabras.

Pagamos con esta moneda, por ejemplo, a Rosa María Mateo. La criticaron esta semana en su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso cuando realizó una afirmación que es correcta y nadie puede negar, al menos quien esté siguiendo regularmente los informativos de la cadena pública. No se trata de hacer comparaciones con el paradigma de objetividad y libertad informativa mundial, la BBC, al menos en teoría. Pero sí es cierto que los informativos de la primera cadena, particularmente los nocturnos con el periodista Carlos Franganillo, son mucho más objetivos que los anteriores de la era Rajoy, no censurándose noticias críticas hacia el Gobierno. Se agradece, sin perjuicio de ser mejorable el noticiario. Y el pago con la "falsa monea", aquella que canturreaba Imperio Argentina, se la podemos dar a las encuestas del CIS y a su arquitecto prodigioso, el señor José Felix Tezanos. Está llegando un momento en el que del esperpento se pasa al descojone, con intenciones de voto y conclusiones que resultan infumables por tendenciosas, favoreciendo tesis y posiciones partidistas de aquél a quien Tezanos debe su puesto, manipulando la realidad social y política de la calle, que no es ni por asomo lo que fabula el CIS. No aprendieron de las elecciones andaluzas. Por último, premio a Pablo Iglesias, debido a su gran esfuerzo en sobreactuar y exagerar roles y situaciones, sin sentido alguno. Iglesias, persona ilustrada que considero, es conocedor de que una pareja o matrimonio, en una sociedad normal, llevan su baja por paternidad de un modo normal. Es decir, si surge un acontecimiento extraordinario (consejo ciudadano estatal de Podemos) y requieren de alguien (el magnánimo Pablo) para un asunto extraordinario y puntual (búsqueda de solución a crisis de partido), una persona normal deja a sus hijos momentáneamente bajo el cuidado de un familiar u otra persona de confianza y acude al encuentro. Todos lo hemos hecho, ¿no? Eso es conciliar vida laboral y familiar. Pero si fuerzas las apariencias, si gustas practicar funambulismo mediático, al final te descalabras ante la opinión pública. Y es que, lo normal, no es estridente, siempre funciona.

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