La buena política
Se recoge lo que se siembra
Graderío
TRAS la reciente comunicación del Almería a través de su página web sobre la decepcionante marcha de la campaña de abonos, me gustaría aprovechar estas líneas para rebatir el parcial punto de vista de un club que no se ha mirado al espejo en un sano ejercicio de autocrítica. La misiva rojiblanca hace referencia a la considerable rebaja efectuada a los abonos para la presente temporada liguera. O sea, una verdad a medias, que es la peor de las mentiras, porque no se menciona que el descuento parte de unos precios prohibitivos. Tanto es así, que los abonos siguen siendo de los más caros del fútbol español, sobre todo para los no abonados. Busquen y comparen. Además, el presidente justificó aquellos precios del debut en primera por el limitado aforo y el escaso contrato televisivo. Ahora existe la capacidad requerida antaño y hay un nuevo acuerdo audiovisual. Los aficionados no olvidan. Es más, los precios razonables son los correspondientes a las peores localidades de un estadio de por sí ya complicado para ver el fútbol en condiciones. Y para rematar la faena, casi todos los equipos de primera han suprimido los días del club. Con estos argumentos, lo que hay que hacer es felicitar a los 9000 fieles que hasta ahora siguen a su querido club, el cual gracias, en esta ocasión, a la seriedad y responsabilidad de Alfonso García, marcha en lo deportivo y en lo económico. Asimismo, la entidad reconoce no saber qué hacer y anuncia que se verá obligada a tomar medidas. Pues me permito darle una idea: no estaría mal investigar por si el problema está en las entrañas ya que, como ha quedado claro, algo o mucho se está haciendo mal desde el corazón del club.
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