República de las Letras
Agustín Belmonte
Prólogos
Desde mi experiencia
La caída de la natalidad, las políticas de conciliación y el apoyo a la maternidad y a los jóvenes se han convertido en una gran preocupación de las sociedades modernas. Aceprensa ha publicado un estudio titulado “La revolución de la familia” en el que se profundiza en el creciente interés por las políticas favorables a una cultura que tenga a la familia en el centro. Para ello, ha contado con la colaboración de varios expertos de diferentes instituciones. La pandemia ha cambiado la manera en que las sociedades priorizan la vida personal y la profesional, y el delicado equilibrio que hay que mantener entre ambas. El COVID-19 vino a poner el foco, entre otras cosas, en una realidad ya difícil de negar: lo complicado que es trabajar y atender, a la vez, a los familiares dependientes. Quizá esta sea una de las razones por las que las tasas de natalidad son cada vez más bajas, pero, sobre todo, por la que la brecha entre el número de hijos que se desean y los que de verdad se tienen es cada vez mayor. Esto se produce en una sociedad en la que la precariedad de los jóvenes es notable, en la que la maternidad puede penalizar el desarrollo profesional de las mujeres y en la que los cuidados no siempre son valorados. ¿Cuál es la solución? Ahí ya es más difícil ponerse de acuerdo o alcanzar el consenso en una única fórmula que pueda funcionar para todo. La conclusión, en definitiva, es que unas pocas medidas aisladas poco pueden hacer, pero una apuesta fuerte y decidida por proteger a la familia sería beneficiosa para toda la sociedad. Uno de esos expertos, Raúl Sánchez Flores aboga por una cultura profamilia no centrada solo en medidas económicas, sino también en otras que sirvan para revalorizar el papel de los cuidados. Por su parte, María José Olesti afirma que si el mercado laboral actual no deja espacio para las mujeres que quieren ser madres y no se fomenta que los hombres se hagan cargo también de los cuidados, difícilmente habrá más familias. Carmen Fernández de la Cigoña recuerda también la importancia de atender a las familias numerosas, a las madres solteras y a los padres de acogida, y pide la creación de entornos favorables para las familias en los que se pueda debatir sobre sus necesidades. Una sociedad que pone trabas a formar una familia –la institución más valorada por toda la población– no está respondiendo a las necesidades reales de lo que quieren sus ciudadanos. Sin embargo, apostando por las familias, toda la sociedad sale ganando.
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