Libertad Quijotesca
Irene Gálvez
La estela de Horemheb
Sinceramente, pensaba que la agonía de la legislatura no iba a llegar tan rápido. La debilidad de la coalición es cada día más visible aunque intenten taparla públicamente en la bancada del Congreso. La última ha sido la decisión de dar 1.100 millones de euros en ayuda militar a Ucrania. Eso, a Sumar no le agrada del todo y ha dicho que no está de acuerdo y que se tiene vote en la Cámara Baja. Claro, todo esto viene, también, porque estamos en campaña electoral para las europeas. Sumar necesita ir cogiendo aquellos votantes renegados de Podemos y debe mantener un discurso igual y un poquito más moderado que los de Pablo Iglesias. Está decisión, que incluso apoya el PP algo normal, era de esperar. Lo que no era de esperar es lo que ha ocurrido con la ley contra la prostitución o la del suelo. Ambas aprobadas en el Consejo de Ministros. Lo gracioso es que la titular de Vivienda nos cuenta una milonga mientras los de Yolanda hablan claro. Hay muchos nervios y esta legislatura la podemos llamar como pasajera para que Sánchez siga en el cargo. Es inviable la votación de Presupuestos Generales y otros temas. Y más sabiendo lo que se juegan en Europa. A partir de ahí, veremos cómo Sánchez trata a Puigdemont y si le da o no la Generalitat. Claro si pasa esto, los de Sumar se pondrán celosos, pero es que también lo harán ERC, Bildu y PNV. Será el toma y daca y el presidente, entre lo de Begoña y demás, tendrá un serio problema. Era lo esperado de estos socios. Pero lo mismo ocurre en el otro bando de la derecha. La gresca que se trae Vox con el PP o viceversa es de traca. Es decir, dos partidos ‘socios’ matándose entre ellos en vez de ir a por el verdadero rival de Moncloa. Por eso lo lógico, parlamentariamente hablando y por convicción de un país, los pactos deben ser de los grandes partidos. El bipartidismo y el centro de ambos colores significa estabilidad y cordura. El problema que tienen es que el diálogo es de pena y los descalificativos son continuos. No saben finalmente que el rival que les está haciendo daño son sus socios. Al PSOE con los Puigdemont, Otegi y demás y al PP con Abascal. Nos esperan debates intensos y si vamos a elecciones nacionales otra vez, la suma será más complicada que antes.
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