Los valientes ediles

05 de septiembre 2025 - 03:10

Después quiere María del Mar, la alcaldesa de Almería, que no critiquemos sus actos, como es la nueva subida de la basura que van a pagar los ciudadanos, esté la casa vacía, ocupada o medio pensionista. Le obliga no sé qué historia legal del gobierno central, y este dirá que le viene de una directiva europea. Y al ciudadano solo le queda el pagar lo que estos sujetos deciden en un despacho, porque seguro que será por tu bien, te dirán, lo de subir el precio de la recogida de residuos domiciliarios.

Vale María, te ves en la obligación, pobre y triste alcaldesa a la que todos le obligan a ir en contra de los intereses de sus vecinos, esos que un día la votaron, porque María del Mar pregonaba que iba a cambiar Almería para mejor. ¡Te queremos, María! decían las pancartas y carteles. ¿Vas a volver a usar el mismo eslogan dentro de un par de años, lo mismo ese ¡te queremos, María! se te atraganta un poco?

Las formas, y no las que nos da el cura a la hora de comulgar, sino las que usáis en el ayuntamiento a la hora de darle las malas noticias a los vecinos. ¿Por qué tienes que buscar la excusa de una fiesta, a qué viene que convoques un pleno en medio de la feria de la ciudad para decirle a los vecinos que les vas a meter la mano en el bolsillo, a lo María Jesús Montero, sin anestesia, y que les vas a subir a partir de primero de año el recibo de la basura? ¿A qué le tenías miedo, María? A que se te llenara el salón de ciudadanos dispuestos a protestar ante la tropelía. Sabes que si algo no os merecéis los políticos es a los vecinos que gobernáis. Si estos tuvieran un poco, solo un poco de mala puleva, estarían vuestras caras en busca y captura figurada en cualquier cárcel de papel, como aquella de la vieja y entrañable Codorniz.

Soportaremos estoicamente la subida de la basura, como la del agua, la del ibi y la de todas las tasas y precios con los que beneficiáis no sé a quién, pero es de imaginar que a alguien. Supongo que a amigos y colegas a los que darles un puesto de trabajo a dedo con un sueldo a fin de mes, o aquellas ongs a las que graciosamente vuestra majestad otorga subvenciones que pagan los vecinos con estas nuevas cifras que ven en los recibos. Lo que cuesta trabajo perdonar es ver que los valientes ediles, con su alcaldesa a la cabeza, se tengan que esconder en medio de la feria para elevar el precio de la tasa de basura. Con menudos valientes va a uno a la batalla.

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