Tribuna

ángel lópez moya

Coronel de Caballería en la Reserva

La emigración a América

La emigración a América La emigración a América

La emigración a América

Durante el siglo XIX Almería realizó su gran despegue y la causa principal de ello fue el auge de la minería en nuestra provincia. En la sierra de Gádor se explotaron minas de hierro, plomo y plata principalmente, aunque no fueron las únicas, porque las hubo hasta de talco. La mayor actividad tuvo lugar en el arco determinado por Fondón, Laujar, Alcolea y Berja donde se hicieron cientos de perforaciones, llegando hasta las entrañas de la tierra. Todos los minerales obtenidos en las fundiciones de Berja y Adra principalmente, salieron en barco por el puerto de esta ciudad con destino a diversos países europeos y americanos. Esta actividad frenética que se desarrolló en los pueblos citados necesitó de mano de obra, no solo de mineros, sino de dueños de mulos, burros y carros necesarios para el traslado de minerales; el resultado es que la población en algunos pueblos se triplicó. Concretamente en Alcolea en medio siglo el censo pasó de 1007 a 3015 habitantes. Desde Fondón hasta Adra trabajaban 20.000 hombres en la minería. Pero a finales del siglo la actividad minera disminuyó considerablemente por diversas causas, de forma que a principios del siglo XX la minería estaba prácticamente muerta y muchas familias se vieron obligadas a emigrar a las minas de El Centenillo en Jaén y a las de La Unión en Murcia. Otras familias optaron por emigrar a América, donde había trabajo para todos los que llegaban, quedando los pueblos alpujarreños casi despoblados. La aventura de cruzar el Atlántico no era una cosa menor, pero el hambre aquí era peor. España terminó el siglo XIX y empezó el XX cubierta de negros nubarrones. Los costes de las guerras que condujeron a la pérdida de Cuba y Filipinas, nos sumieron, aún más, en el retraso que arrastrábamos respecto al resto de Europa en lo social y en nuestra maltrecha economía. Esta situación de pobreza, de epidemias y de sequía, coincidió con la emergencia de todos los países americanos, lo que propició el que muchos españoles y familias completas se lanzaran a la aventura americana. Entre 1882 y 1930 casi un cuarto de millón de españoles emigraron a Brasil. Otros lugares donde se concentraron españoles fue en las ciudades de Rosario y Buenos Aires en Argentina, Cuba y los Estados Unidos de América, aunque como veremos no fueron los únicos países. Por número de personas que emigraron, Almería ocupó el 7º lugar de España, después de las cuatro provincias gallegas, Alicante y Asturias. Los principales puertos de embarque en Andalucía fueron los de Cádiz, Algeciras, Gibraltar, Málaga y Almería. El gobierno de Brasil en 1896 había fundado en algunos puertos españoles "Agencias de propaganda" y una de ellas estuvo ubicada en Málaga. Estas agencias (en realidad eran conocidas como ganchos) recorrieron todos los pueblos de la Andalucía Oriental captando gente. Ofrecían pasaje gratis y un contrato por un año de duración para trabajar en una plantación de café con alojamiento gratuito. Preferían "familias de jornaleros agrícolas" a "personas sueltas" porque el trabajo era duro y muchos incumplían el contrato abandonando la facenda sin aviso previo; en cambio las familias enraizaban con más facilidad y de alguna forma trabajaban todos sus miembros. Un anuncio para emigrar gratuitamente a Brasil era el siguiente: "pasaje gratis para los Estados Unidos de Brasil. Los emigrantes a su llegada a Brasil serán recibidos y alojados gratuitamente por ocho días. Además serán absolutamente libres de escoger el sitio de residencia y que más le convenga en cualquiera de las provincias de la República, siendo trasladados al punto escogido también gratuitamente, bien por ferrocarril o vapor. Para más información acúdase a La Línea. C/ Clavel 37.Juan Neggrotto". Otras agencias pagaban 120 francos por emigrante adulto, 50 por adolescente de 8 a 12 años y 30 por niño. La emigración a América fue a petición de aquellas naciones que necesitaban mano de obra y siempre con un certificado de buena conducta. Por aportar algún dato más diré que después del proceso emigratorio y según el recuento consular de 1932, de los 400.000 españoles que residían en la zona de Sao Paulo, 240.000 eran andaluces. Esto explica que algunas familias después de haber permanecido diez años en Brasil, no se hubiesen integrado plenamente en las costumbres e idioma del país, ya que las escasas relaciones sociales que tuviesen, fueron entre españoles. Por otro lado los trabajadores de la zona que no eran españoles, tampoco eran brasileiros, sino italianos, japoneses o personas de diversos países europeos. Muchos almerienses vieron truncadas sus expectativas y no volvieron jamás a su terruño; otros después de algunos años ahorraron algún dinero y volvieron a su pueblo donde compraron algunas tierras que les permitió salir adelante siendo ellos obreros y propietarios y por último algunos hicieron una fortuna que les cambió totalmente la vida en lo material o alcanzaron puestos de gran relevancia. A título de ejemplo cito al almeriense Benjamín Restoy, a quien conocí muy de cerca, que emigró a Méjico y encontró una mina de oro; tras su venta compró el Hotel Simón de Almería y una gran casa en el Paseo haciendo esquina con Rueda López.

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