La tribuna

España, tiene un problema de... ¡huevos!

España, tiene un problema de... ¡huevos!
D.A.

La grandeza de la lengua castellana, atacada de forma ridícula, grotesca, absurda y sobre todo, peripatética, por los independentistas catalanes, apoyados en tal empeño y de forma tan necia como temeraria, por este gobierno incapaz, se hace patente en un momento como el actual; momento en el que el cambio de la H por la G, - ésta, sin duda una liberalidad del vulgo parlante – cabría hasta el punto de representar dos realidades de los españoles que gozan del beneplácito ortográfico de la RAE, una de ellas; y del uso habitual de una alteración fonética intencionada y coloquial del gentío, la otra. Sin duda la gripe aviar, - que afecta a los huevos, con H - es una enfermedad, incluso pandemia, dependiendo del número y naturaleza de los afectados, prácticamente imposible de controlar al 100%, al transmitirse por las aves migratorias y solo es posible evitarlas en locales cerrados que ocasionará graves perjuicios económicos a las granjas españolas. Pero si entrevistásemos a la gente, sería sin duda la segunda opción – la de Huevos con G - la que ganaría por amplio margen, pues estamos viendo y consintiendo que en un país, que debe 1,6 billones de euros, y la deuda aumenta a diario y sin visos de descenso, nos sorprenden con la noticia de que el gobierno ha gastado 540.383 euros en adjudicar un contrato de seguridad para la finca de Quintos de Mora, donde SSª D. Pedro Sánchez, se retira para descansar en familia, así como 70.000 euros en poner a punto La Mareta para sus vacaciones, más el Falcon que parecía la Gua-Gua; dándonos a entender que con la Moncloa, la Mareta y Doñana, no tiene bastante; ya solo le queda mudarse a vivir al Palacio Real que, está al caer. Y en cuanto a protección, aquí, la única vida preciosa a salvaguardar es la del Sr. presidente; pues, aunque los narcos maten a los Guardias Civiles, que luchan sin medidas de seguridad, careciendo incluso de chalecos antibalas, seguridad que no preocupa al Sr, Marlasca, que desmontó OCON-Sur, la unidad de élite de la Guardia Civil contra el narcotráfico; ni al Sr. Sánchez que no toma medidas. Ahora, el Parlamento Europeo, reclama reactivar la OCON-Sur para proteger a los agentes en zonas dominadas por redes criminales, pero nuestro ministro – él sabrá por qué – hace caso omiso; lo que nos hace pensar y no bien, pues los narcotraficantes campan por sus respetos en toda Andalucía – hasta en la otrora pacífica Almería, las narcolanchas usan, para descansar tranquilas, unas de las playas más bonitas del mundo – Los Genoveses y Mónsul, por ejemplo – donde reposan sin sobresaltos. Aparte de que, cuando nuestro salvador el Sr. Sánchez viaja en su jet particular o en su helicóptero Super Puma, solo falta una escuadrilla de cazas para protegerle; en cambio, los helicópteros de la armada o los de la Guardia Civil, han de perseguir, solo para hacer ruido, a las narcolanchas, sin poder hacer uso de la fuerza legítima que la ley otorga al Estado, cuando la lucha contra esa lacra de los narcos, debería ser incuestionable y tener prioridad en un gobierno con sentido de estado. Solamente con los asesores (¡?) que tiene SSª, habría dinero para contratar a mil Guardias Civiles que mantendrían el narcotráfico a raya; pero eso no parece ser interesante para este ministro del Interior, ni para este gobierno, cuyas preocupaciones primordiales (¡Confesadas!) son, que se hable y reconozca el catalán en el Parlamento Europeo, de lo que se ríen los europeos, o malgastar un dineral en la excursión ridícula de cuatro mindunguis a Palestina, enviando un navío que sería efectivo contra el narcotráfico y pagándoles los viajes de vuelta; o, la última decisión trascendental para España, ¡Que se quiten las placas de latón! colocadas en las fachadas de V.P.O., construidas entre 1957/1980; quizás porque recuerdan algo que avergüenza a los próceres del PSOE que, en casi treinta años de gobiernos han sido incapaces de conseguir lo que un gobierno sin jets ni palacios dejó a su marcha; que, hasta el trabajador más humilde, tuviera una casa donde vivir tranquilo los últimos años de su vida; ya que quien necesita cuatro o cinco palacios para su uso particular, es incapaz de conseguir un pisito para los ciudadanos más humildes que pagan sus ínsulas y que en 1957 ya se construían de 125 m2. Ciertamente, el problema de España no es de huevos con H, sino con G.

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