La violación de Hortaleza, es una consecuencia terrible, pero que está dentro del devenir posible por la imprudencia temeraria, constante y segura, que Europa está dando a la cuestión de los “menas”. Cuestión ésta en la que España, agravada por estar en manos de ineptos, corre un riesgo incalculable, desde el ministro del Interior – nefasto, sin duda alguna -, hasta los delegados del gobierno que se han convertido la mayoría de las veces en correveidiles del gobierno de turno, con decisiones políticas y no de control del orden público, son un reflejo de la ineficacia que se ha convertido en el orden del día en España; aquí solo preocupan el catalán en Europa y el franquismo en España.
El franquismo hoy solo en la voz de cuatro – no hay más – nostálgicos que solo preocupan a un gobierno que, en cambio, no tiene preocupación alguna por los homenajes que, casi a diario, se hacen a los asesinos de ETA. Estamos llegando al anacronismo – si no legal, sí material -, de que alabar al dictador, sea más delito que alabar a los terroristas; cuando para todo país civilizado, debe de ser como mínimo, idéntico; y con la ley en la mano, perseguible por igual; no obstante, se trata de anatema a uno, y se ignora, cual el sordo que se quita el audífono, a los otros porque tienen la llave de la Moncloa. Esto, lo pagaremos – ya lo estamos pagando - y muy caro, pues Franco, se fue hace cincuenta años y los otros están aquí, decidiendo quien ha de estar en la Moncloa; y sobre todo: ¡Mandando! Volviendo al asunto de los ‘menas’; es muy difícil demostrar la edad de un joven procedente de África, donde el Registro Civil no tiene la veracidad ni el control de Europa o América del Norte; un error de cinco años – en más o en menos - es más que factible; y si es zona de guerra, aún más. Este gobierno de ineptos – y soy muy comedido – trata el asunto, como si de jóvenes de la cultura europea se tratara; y no es así. En el África ecuatorial, los nacidos – en poblados de la selva o sus aledaños, se inscriben todos a la vez, en una o como mucho – si el poblado está próximo a la capital – dos veces, cuando el jefe del poblado acude a la capital a reunión con el ministro o con el presidente correspondiente. Es habitual ver en los pasaportes de los nativos del África ecuatorial, en la fecha de nacimiento: “vers 2008” o “Towards the year 2008” (hacia 2008). Quien suscribe ha constatado un caso en el que tres hermanos tenían la misma fecha de inscripción cuando había entre ellos cinco años de diferencia; y en nativos de Mali (nómadas), el Congo (en guerra constante), Sierra Leona (con poblados ignorados) y Liberia (ingobernada), he visto pasaportes emitidos poco antes de su salida y sólo cuestión de precio; y, según confesión de ellos mismos, con el año de nacimiento que han dicho al solicitarlo. Y aunque la ONU, la FAO y la OUA, han procurado desde hace muy poco, que se recoja la fecha exacta del nacimiento, esto solo ocurre cuando han nacido en una ciudad relevante o en un hospital de las grandes ciudades (cosa poco habitual). En el caso que nos ocupa, la responsabilidad del gobierno de España, es clara y concluyente, aparte de que los componentes del gobierno, no son ni mucho menos una unidad de actuación, sino que cada uno, va por libre, y en cuanto a manipulación de este tema, están al alimón.
El asunto de los Menores Extranjeros No Acompañados es de una gravedad extrema; y en estos casos, que el Congreso decida por mayoría y no por 2/3, es una locura y una irresponsabilidad histórica. No se puede tratar con imposiciones propias de una dictadura, sino con una negociación con tratamiento igualitario a todos los receptores que han de asumir parte de la responsabilidad estatal, sin discriminaciones vergonzosas; pues, el tratamiento legal y el mantenimiento, deberán corresponder siempre al gobierno, maguer que se inventen lo que quieran, con el fin de eludir responsabilidades y excusarse en los demás. Los ‘menas’, son responsabilidad del gobierno del Estado, responsable de las fronteras; con la colaboración de las autonomías, eso sí; y no a viceversa, como el gobierno pretende.
