La tribuna
Bendicho y los Puche
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Elpresidente fue muy claro en su discurso de investidura el Congreso de los Diputados. Tras la toma de posesión del nuevo gobierno comenzó a cimentar el muro capaz de separar a los españoles en dos bandos, uno de ellas enfrentado al otro sin pausa alguna. A ver si me entiende, titulares de prensa nacional; “El gobierno responde al Supremo y premia al Fiscal General del Estado con otro mandato” Se trata del mismo fiscal que ha recibido torcidamente una sentencia del Tribunal Supremo por la que declara nulo a todos los efectos el nombramiento que promueve a la máxima categoría de la carrera fiscal a Dolores Delgado como fiscal de Sala de lo Militar del Supremo . Ocurre según la sentencia, que no concurren méritos en el curriculum de Dolores Delgado frente a otro candidato. Además, no corresponde al escalafón de la carrera fiscal este asenso ni a esta ni a ninguna otra sala del Alto Tribunal. Es decir, que se trata de una “desviación de poder” de ese mismo fiscal. Se da la circunstancia que Dolores Delgado fue la Fiscal General que nombró el actual Fiscal General quien ha encontrado ocasión de favorecer a su “mentora”. El mismo Fiscal recibe un duro reproche del CGPJ que rechaza por vez primera avalar su nombramiento. Y le acusa de actuar de manera espuria como fiscal general del estado Preguntado en televisión sobre la Fiscalía, Pedro Sánchez devolvió la pregunta al periodista; “¿De quién depende la Fiscalía?, el periodista algo azorado respondió… del gobierno, y Sánchez abrió una sonrisa cómplice y aclaró;“ pues eso”. Así quedo anunciado, y efectivamente ha ocurrido, aunque haya sido a costa de un nuevo enfrentamiento con el más alto Tribunal de nuestro orden jurisdiccional. Ahora se ha probado que el gobierno manda sobre el Fiscal General y solo falta que culmine la “Operación Termita” y pueda mandar también en los Tribunales.
Alfonso Guerra, uno de los refundadores del PSOE de la transición afirmaba en el programa de Tv 3, El Hormiguero su rotundo rechazo a la amnistía y añadió; No se puede consentir que las leyes que van a regir en el Estado español la redacten quienes quieren destruir España . Frente a la opinión de un prestigioso socialista que fue Vicepresidente del gobierno no se entiende la pasividad e incluso activismo pro- amnistía en clara actitud bolivariana y lanar de dos magistrados actuales ministros del gobierno que alcanzaron la alta magistratura de la Justicia; Margarita Robles y Fernando Grande Marlasca, capaces ambos de deslegitimar a sus propios compañeros magistrados y fiscales del Tribunal Supremo y de los TS de Justicia y así desprestigiar la Justicia española faltando a sus juramentos cuando tomaron posesión como jueces. Con el repudio de millones de españoles y buena parte de la judicatura y la fiscalía, han entrado hocico en tierra, en ese redil de difícil salida. Ambos conocerán los motivos de semejante servidumbre coreana al poder, es posible que esta ignominia les acompañará el día que hayan de dejar el poder. También por su falta de sensibilidad ante la campaña de acoso y señalamiento desde el propio gobierno del que son miembros colegiados y corresponsables del Ministro de Interior y la Ministra de Defensa. Callan ante la activación del lawfare y la creación de comisiones de investigación a sus compañeros jueces.Ni la más leve insinuación sobre conductas antidemocráticas de parte de conspicuos separatistas a un compañero magistrado que cumpliendo con su deber y con la Ley instruye causas de políticos condenados y ahora amparados por Sánchez. Tal es el grado de señalamiento chavista que el magistrado ha debido solicitar amparo del Consejo General del Poder Judicial. Jamás se ha conocido en la España democrática la persecución política a un magistrado por actuar con impecable profesionalidad e independencia. Estos dos prefieren la “omertá” y como ministros del gobierno callan y otorgan sin que aflore un rastro de verguenza en ambos. Chavismo en estado puro.
Sin embargo, para orgullo colectivo de los ciudadanos no todos los jueces y magistrados de España han preferido la ruta del chavismo para aferrase al poder político, la mayoría ejercen con lealtad constitucional e impecable independencia cumpliendo y haciendo cumplir la leyes. Viene muy oportuna la leyenda sobre Federico II de Prusia .El rey Federico II de Prusia quiso construir su palacio en pueblo de Pommerzig, pero no poseía terreno suficiente para los jardines y ofreció a un molinero , Hans Krugger, comprarle el molino y los terrenos adyacentes, pero el molinero se negó. Enfurecido el rey, le lanzó amenazas para amedrentarle, pero el molinero recurrió a los Tribunales de Prusia. Y contra todo pronóstico el Tribunal Superior de Berlín, falló a favor del molinero afirmando su derecho a mantener su propiedad y condenando las acciones del rey. Cuando el molinero conoció el veredicto llamó al administrador del rey y exclamo lleno de gozo; “todavía quedan jueces en Berlín”. Magnífico ejemplo de la imparcialidad judicial frente al poder real y el amparo que había obtenido un sencillo molinero. Podemos sentirnos orgullos que “todavía quedan jueces en España” y el ejemplo más notorio es el Juez de Instrucción del juzgado nº 6 de la Audiencia Nacional. La aplastante maquinaria de poder, los señalamientos de parte de un diputado en el Congreso de los Diputados o las descalificaciones públicas del magistrado en boca del Ministro de Justicia de España así como la servil “coincidencia” de la fiscalía en beneficio de los golpistas protegidos del gobierno no logran amilanar a este “Juez de Berlín”. Guiado de ejemplar independencia, y ajeno al rugido gubernamental este juez continúa las instrucciones de causas que hace años se siguen en su juzgado. Y para ello ha considerado pertinentes los informes de la Guardia Civil y el escrito del fiscal de la audiencia que consideró que los actos de “Tsunami democrático” y los CDR en 2017 fueron actos de terrorismo. Como cabría imaginar en un país en vísperas del chavismo, la Fiscalía de la Audiencia ahora, cuando el Presidente ha apretado el botón de mando a distancia, se retracta del aquel escrito alegando que “fue un error” y por ello considerando idiotas a los españoles mínimamente alfabetizados. Si alguien conoce algún episodio de vesania de este calibre le ruego me lo haga llegar para anotarlo.
La amenaza de involución democrática que se cierne sobre España, los excesos y abusos de un poder sin aparente limite amenazan la estabilidad social y el afán desmedido de control a los pilares del Estado de Derecho habrán de ser debatidos en el Tribunal Constitucional como única instancia para preservar el espíritu y la letra de la Constitución española. La demanda de aquel molinero prusiano del siglo XVIII es la demanda de los españoles del siglo XXI, todos frente al abuso de poder reclamando el amparo de la Ley. ¿serán los magistrados del Tribunal Constitucional aquellos Jueces de Berlín capaces de posicionarse frente al poder?. El último bastión.
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