Almanzora

Cantoria y San Antón, la liturgia de la pólvora

  • Miles de vecinos y visitantes han disfrutado de los festejos más populares de la localidad durante cuatro intensos días

  • El lunes se tiraron 4.000 docenas de carretillas

Cantoria y San Antón, la liturgia de la pólvora

Cantoria y San Antón, la liturgia de la pólvora / Javier Alonso

El municipio de Cantoria ha disfrutado estos días de una de sus fiestas más antiguas (y estruendosas) en honor a San Antón: la fiesta del fuego, la pólvora y las carretillas. Aunque no existen datos exactos sobre el origen de esta celebración, se cree que nacieron en torno al siglo XVI, coincidiendo con la expulsión de los moriscos.

No en vano, alrededor de 4.000 docenas de carretillas se quemaron en la tarde noche de este pasado lunes día 16, durante la celebración de las fiestas más populares de Cantoria y también de las más esperadas, tras no celebrarse en 2021 y hacerlo con restricciones en 2022 a causa de la pandemia.

Como previa a las mismas, este pasado sábado, día 14 se celebró una exhibición de carretillas en la plaza del pueblo además de una parrillada gratis para todos los asistentes y baile en la caseta popular que gestiona la Asociación Cultural San Antón y San Cayetano para recaudar fondos con los que cada año preparan las fiestas.

Pero los días grandes han tenido lugar este lunes y martes. La jornada del lunes comenzó a las 16 horas con una misa dedicada al carretillero con la que se empezó a tirar la primera pólvora a partir de las 19 horas. La primera franja de hora y media el protagonista fue el carretillero infantil, hasta los 16 años, posteriormente llegó el turno de los jóvenes de entre 16 y 18 años y a partir de las 22 horas y hasta las 5 de la mañana se lanzaron las carretillas de todos los calibres a cargo de la población adulta.

Procesión de San Antón con los carretilleros. Procesión de San Antón con los carretilleros.

Procesión de San Antón con los carretilleros. / Javier Alonso (Cantoria)

En total, unos 400 carretilleros de todas las edades, que confirman que esta fiesta tiene asegurada su supervivencia gracias a que las nuevas generaciones siguen la estela de los más veteranos.

Los cánticos de los carretilleros, la luz, el sonido y el olor a pólvora hicieron de esa noche, una de las más especiales para estos vecinos de Cantoria que un año más conseguían que apenas pequeñas quemaduras fueran el balance de la noche.

Y es que para participar en esta noche, es necesario además de mucha valentía, tener experiencia para saber desenvolverse entre cientos de carretillas encendidas y sueltas a la vez, en apenas unos metros de espacio. Una liturgia única y que los cantorianos viven con mucha devoción.

Reseñar también que para todos los participantes desaparece el miedo y algo en su interior les hace que se lancen a la calle dispuestos a sentir la adrenalina de una noche única en el año.

Este pasado martes 17, día de San Antón, se ofició la misa en honor al santo con bendición de animales en la que todos los vecinos pueden llevar sus mascotas en la puerta de la iglesia Nuestra Señora del Carmen.

San Antón, al fondo, recibe un estruendoso homenaje. San Antón, al fondo, recibe un estruendoso homenaje.

San Antón, al fondo, recibe un estruendoso homenaje. / Javier Alonso (Cantoria)

Posteriormente dio comienzo la procesión del Santo que estuvo acompañada por la Banda de Música de Cantoria, y subida de los patronos a la ermita. En la misma, como marca la tradición, los carretilleros portaban una bufanda larga rodeada al cuello y el imprescindible talín para guardar las carretillas.

A las 19 horas tuvo lugar una degustación de un chocolate con churros en la plaza desde donde se pudieron ver los fuegos artificiales que anunciaban el fin de fiesta.

Un año más, los cantorianos han vuelto a escenificar su pasión por la quema de carretillas y lo han hecho, al fin, sin restricciones.

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