HISTORIA

Francisco Hernández escribe del origen de Carboneras como nunca antes se había contado

  • Francisco Hernández Benzal ha publicado ‘El señorío de San Andrés de la Carbonera’, una obra que recupera documentación de gran valor

  • El nombre del municipio ya aparecía en mapas del siglo XII

Francisco Hernández, con su libro en el Patio de Armas del Castillo de San Andrés en Carboneras.

Francisco Hernández, con su libro en el Patio de Armas del Castillo de San Andrés en Carboneras. / V. Visiedo P.

En diciembre del pasado año 2019 veía la luz un libro imprescindible para entender el origen del municipio de Carboneras. Una obra que es el fruto de meses de investigación de su autor, Francisco Hernández Benzal, en el que ha dado un paso más en el estudio del pasado de la localidad levantina. ‘El Señorío de San Andrés de la Carbonera. La historia documentada de Carboneras desde el siglo XII’, editado por Círculo Rojo, cuenta la historia de este pueblo como jamás antes se había hecho.

El libro nació del deseo de su autor de recopilar toda la información sobre la construcción del Castillo de San Andrés, con motivo del 400 aniversario de su finalización, que se conmemorará en 2021. No obstante, cuando logró sumergirse en los archivos de la Real Academia Española de la Historia (a través de Fernando Martínez, quien era director general para la Memoria Histórica), descubrió que quedaba mucho más por contar, a pesar de que ya ha escrito otros libros sobre la historia de Carboneras.

“Se me abrió una puerta al infinito sobre Carboneras y su origen”, cuenta Hernández Benzal, “El castillo es la excusa para documentar por primera vez el origen de Carboneras. Hasta ahora solo se había hecho a través de referencias a otros autores, pero ahora he podido acceder a las fuentes originales”, explica.

El origen del nombre de Carboneras

Rebuscando entre legajos antiguos, el autor se topó con los primeros mapas en los que aparece Carboneras. Son del siglo XIIy XIV. “Se puede ya desmitificar un dicho popular que decía que ‘dos familias forasteras vinieron a hacer carbón y con los taráis del Lancón fundaron la Carbonera’, situando su origen en el siglo XVI”. Y es que, el autor muestra en su libro dos mapas de la época de dominación musulmana en el que ya existía con nombres árabes de “Gezira Carbonira” (isla Carboneras) y luego como “Carbonayra”.

Otra de las aportaciones que hace es sobre la relación de San Andrés con la localidad. Para ello hay que remontarse a la Batalla de las Navas de Tolosa y la toma de Baeza. “El rey Fernando III dio a los caballeros que participaron en ellas la Cruz de San Andrés, pues la batalla fue en ese día. Diego López de Haro, señor de Vizcaya, obtuvo este reconocimiento y desde entonces figuraba en su escudo de armas. Este está emparentado con el señor del Carpio que cuando llegó a Carboneras le llama San Andrés de la Carbonera”, relata el investigador.

El autor, Francisco Hernández Benzal, junto a la imagen de san Andrés. El autor, Francisco Hernández Benzal, junto a la imagen de san Andrés.

El autor, Francisco Hernández Benzal, junto a la imagen de san Andrés. / V. Visiedo P.

En este sentido, y he de ahí el título del libro, Hernández Benzal también aclara una confusión ya recurrente: “Cuando se remonta al origen de Carboneras se habla siempre del marqués del Carpio, pero no es así. Quien llegó a Carboneras en primer lugar era señor del Carpio. Han de pasar tres generaciones hasta llegar al primer marqués del Carpio”. Luego los Carpio emparentarían con la Casa de Alba, que fue la que inicia la construcción de Carboneras a final del siglo XVII. “Ya no había tanto peligro en el mar, y los soldados plantean irse. Entonces se le dan terrenos y se construyen las primeras casas en la zona de Los Cocones”, explica.

Otro de los capítulos más interesantes del libro tratan sobre la relación de Carboneras con los pueblos del entorno. Inicialmente el municipio dependió de Sorbas, porque el señor del Carpio obtuvo por permuta tanto Lubrín como Sorbas y le anexionó Carboneras por su valor estratégico y riqueza mineral y pesquera.

Más tarde, el señor de Vera reclamó su propiedad y hubo un acuerdo por el que el Señorío del Carpio pagaría 20.000 maravedíes anuales a Vera. Finalmente, existió una dependencia de Mojácar, aunque en este caso religiosa. El alcaide del castillo carbonero, que era el mismo que el de la vecina localidad, tenía la obligación de dar los servicios religiosos a la soldadesca. “El capellán de Mojácar daba los servicios religiosos en Carboneras, por ejemplo cuando había que enterrar a algún difunto”, cuenta Hernández Benzal. En 1724 se nombra a un propio capellán para la localidad, pero éste aún dependiente de la parroquia de Mojácar. Así fue hasta 1900, cuando el obispo de Almería decreta la segregación.

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