El Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM) y la Diputación Provincial de Almería han anunciado una nueva edición del tradicional ‘Reparto de Variedades Históricas de Uva de Mesa de Almería’, un acto que tiene como objetivo final servir de herramienta de la Campaña de Biodiversidad Domesticada que el GEM lleva desarrollando desde hace veinte años. Dos décadas dedicadas a evitar la pérdida de las parras que forman parte vida de la historia y de la biodiversidad de la provincia.

En esta ocasión se repartirán en la localidad de Fondón, en plena zona parralera, mañana sábado 2 de marzo, a partir de las doce del mediodía, en la Plaza Poeta Bernardo Martín del Rey. En total habrá 19 variedades diferentes de parras: Cojón de Gallo, De la Gitana, Pasa Negra, De Diego Ros, Colorá de Colgar, Rosada de la Loma, Del Cuerno, Corinto, De María, Flor de Baladre, Cilíndrica de Boliñeba, Garrón de Gallo, Albilla Real, De Rágol, Ohanes, Rosada de Rágol larga, Rosada de Rágol corta e Imperial Roja.

"Este reparto supone al fin y al cabo una garantía de que Almería nunca llegará a perder las uvas que han acompañado la historia de la provincia", apunta el Grupo Ecologista Mediterráneo

Antonio Rubio Casanova, responsable del Proyecto Biodiversidad Domesticada del GEM, recuerda que hace más de 10.000 años el hombre empezó a desarrollar los medios para controlar las fuentes de alimentos y, entre ellos, la domesticación de plantas y animales, “que han dado lugar a un enorme patrimonio genético que es preciso conservar porque se trata en este caso de plantas que se han adaptado al entorno físico, a los suelos, al clima o a la hidrología de la provincia”.

Y dentro de esas variedades históricas se encuentran 69 variedades primitivas de uvas de mesa, cultivadas de forma tradicional en la provincia de Almería desde tiempos inmemoriales, y referenciadas en diferentes estudios y escritos. De ellas, 60 ya han sido rescatadas por el Grupo Ecologista Mediterráneo y son cultivadas gracias a los repartos anuales que se realizan, “de ahí la importancia de este reparto, que supone al fin y al cabo una garantía de que Almería nunca llegará a perder las uvas que han acompañado la historia de la provincia”.

Siendo, como es esta actividad, un viaje de recuperación del pasado, para Antonio Rubio supone, al mismo tiempo, “un reconocimiento al saber y al buen hacer de los que trabajan la tierra respetando la cadencia de la dinámica natural y haciendo gala de la creatividad que supone aunar el conocimiento humano y la Naturaleza”.