La Asociación conservacionista Amigos del Parque Natural Cabo de Gata- Níjar, adherida a Ecologistas en Acción, ha alertado del progresivo enladrillamiento de esta espacio protegido en los últimos años y la promoción de las primeras 94 viviendas de un total de 323 previstas en el Plan Parcial de Ordenación del sector SUP-CGA-0 1 del Cabo de Gata es la última demostración de este avance imparable del ladrillo.

Este Plan Parcial tiene 12,43 hectáreas. Esta superficie es el equivalente a un tercio de la superficie actualmente construida en el núcleo de población de Cabo de Gata, siendo el sector urbanizable más grande de todo el Parque Natural” valora Amigos del Parque Natural. “En la memoria del Plan Parcial se indica que es la primera vez que un Plan prevé una ampliación de tal magnitud, ya que hasta ahora el desarrollo urbano se había producido fundamentalmente a través de pequeñas unidades de ejecución” recuerdan desde esta Asociación con 28 años de actividad.

La zona a urbanizar se sitúa al noroeste de la localidad de Cabo de Gata, junto a las calles Abadejo y Gallopedro. El Plan Parcial fue aprobado en  2006 (publicado en el BOP del 21 de julio de 2006) y el proyecto de reparcelación fue aprobado en junio de 2007. “Durante años, el sector ha permanecido sin urbanizar y ahora, diecisiete años después, parece ser que ha llegado el momento y una inmobiliaria de Almería está promocionando la venta de 94 viviendas (proyecto en desarrollo) en “primera línea de playa” en Cabo de Gata”, comentan.

El sector a urbanizar tiene una superficie total de 124.318 metros cuadrado y se sitúa junto a un sistema general de espacios libres (SGEL). “La Junta de Compensación del sector estaba integrada por 21 propiedades diferentes y el coste de urbanización del citado sector, según el proyecto de reparcelación del año 2007, ascendió a algo más de 4 millones de euros e incluye la cesión de varias parcelas al Ayuntamiento de Almería para uso educativo, deportivo, servicios de interés público y social y espacios libres” destapan.

Y añaden. “Esta urbanización no solo supone arrasar más de 12 hectáreas de terreno con asfalto y hormigón en un parque natural, sino que además tiene como consecuencia el incremento de presión antrópica sobre el territorio en general y sobre la localidad de Cabo de Gata en particular, mayor tráfico rodado, mayor demanda de servicios e infraestructuras públicas y mayor masificación de la zona. Muchas de estas viviendas que se construyan serán destinadas a alquiler turístico o serán segundas residencias de sus propietarios, lo que pone muy en duda la necesidad real de este tipo de urbanizaciones en un espacio natural protegido, en el que deben primar las medidas conservacionistas frente a los intereses particulares de promotores inmobiliarios”.