Níjar

Huebro: el más pequeño en población y el más grande en historia

  • Este barrio local desde 1860 acogió a los primeros pobladores de Níjar y abrió 2019 con 27 vecinos censados

Huebro es la menos poblada de la veintena de barriadas/pedanías del municipio/comarca de Níjar. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, a 1 de Enero de 2019, su numero de habitantes fue de 27, tres menos que en 2018. En las últimas dos décadas, sólo ha superado la treintena en 2017, con 33 vecinos.

Tras la guerra de los moriscos (1568-1570), Huebro quedó deshabitado y su repoblación fue tardía. En el censo de 1586 aparece aun sin poblar y con 64 vecinos en el de 1594. Mientras que Nijar fue inmediatamente repoblado en el siglo XVI continuando con su función de presidio, la repoblación de Huebro no se produciría hasta el siglo XVIII , momento del ascenso al trono de Carlos III que los nijareños celebraron hasta “la locura”. Tan contentos y confiados estaban en que su nuevo Rey iba a proporcionarles notables beneficios y mejoras que no les importó emborracharse hasta el punto de arrojar todos sus bienes rambla abajo.

Llegaron años de mayor prosperidad. A partir de 1950, llegó a alcanzar casi el millar de habitantes. La explotación de una mina está en el origen de esta “masiva” presencia de vecinos. Esta barriada, con todo, fue un municipio independiente de Níjar hasta 1860 cuando se integró en el término municipal.

Según se cita en el Diccionario de Madoz (1845/1950) abarcaba una circunferencia de 8 leguas. En ese radio se encontraban muchas cortijadas, siendo las principales la Gallarda, Albercoque, Matanza, Chiri, Noreta y Manjorte.

Este Diccionario relata la existencia de este lugar y su vistosa vega “de 150 casas mal obradas, una plaza abalconada con una Iglesia y Escuela con 15 niños; Casa Consistorial y cárcel, y una balsa llamada la “Zanja” donde almacenaba el agua que manaba de un risco por el cauce de una acequia y riega la vega y da servicio a 28 molinos harineros”

Sus 252 vecinos censados entonces vivían de la producción del trigo y cebada. También de los garbanzos y centeno; del maiz, y el vino; de los minerales plomizos y argentiferos; los pastos y el esparto; la industria agrícola y harinera; los tejidos de lana y lino y el comercio de los alcoholes y grano.

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