Almería recuerda su pasado: el X Marqués de Los Vélez vuelve a Vélez Rubio casi tres siglos después

Los encapotados cielos que cubrían la mañana de este domingo a la comarca almeriense de Los Vélez se fueron abriendo poco. La ocasión lo merecía. Llegaba bien temprano el X Marqués de los Vélez, Antonio Álvarez de Toledo, a su casa palacio de Vélez Rubio, sita en la Carrera del Mercado proveniente de la corte de Madrid tras pasar la noche anterior en Puerto Lumbreras, para celebrar los fastos con ocasión del traslado del Santísimo y posterior misa de consagración de la Iglesia de la Encarnación.

Nuevamente, y por tercera ocasión, este domingo se ha revivido esta jornada histórica recreando la visita que el X Marqués de Los Vélez hiciera a esta localidad velezana. Cerca de un centenar de vecinos han dado vida a los personajes que hace más de 250 años hicieran el camino que va desde el palacio marquesal hasta la iglesia, llevando al numeroso público congregado hasta el siglo XVIII. En esta puesta en escena, como ya marca la tradición, se ha cuidado mucho tanto los textos de Machayn, secretario de Antonio Álvarez de Toledo, y que fue el encargado de relatar minuciosamente todos los detalles del viaje del noble desde la capital hasta la villa velezana, como los ropajes, confeccionados con estrictos criterios históricos gracias a la dirección del sastre histórico Francisco Martínez.

De esta manera, Vélez Rubio ha vuelto a viajar en el tiempo con la III Recreación Histórica de la inauguración del Templo de la Encarnación, una propuesta cultural que recupera uno de los hitos más emblemáticos del patrimonio local. La iniciativa nació en 2019, con motivo del 250 aniversario del templo, y desde entonces se ha consolidado como una cita ineludible para vecinos y visitantes. La recreación ha contado este año con casi un centenar de participantes entre actores, músicos y cantantes. El número de intérpretes ha crecido de forma notable, reflejo del entusiasmo colectivo por mantener viva esta efeméride que ensalza la Historia de Vélez Rubio y el esplendor del Barroco almeriense. "Al principio era un reducido grupo de personas y poco a poco se ha ido incrementando el número de participantes. Si sumamos la coral que canta la misa, más los recreadores propiamente dichos, más la cuadrilla, que también forma parte de la recreación, podemos estar hablando de en torno a unas cien personas", explicaba a este periódico la edil velezana Concepción Pérez.

Así ha sido la recreación

La recreación ha dado comienzo a las 11:30 horas en el convento de la Inmaculada donde se han encontrado una corte religiosa presidida por el obispo don Claudio Sanz y Torres, que era el obispo de Almería en el momento de la consagración del templo, acompañado de parte de su corte religiosa también por la Cuadrilla de Ánimas de Vélez Rubio, que lleva un guión que en el mundo de las cuadrillas es como una persona que guía, no un guión escrito. Y esta persona, a través de una serie de trovos y de coplas, acompañado por la cuadrilla, ha ido contando las distintas escenas que se han ido sucediendo.

Partiendo desde el Templo de la Inmaculada, esta corte se ha trasladado hacia el Palacio del Marqués, donde esperaba el marqués junto con su corte con la que ha venido acompañado desde Madrid, y donde han tenido lugar las salutaciones propias. Ambas comitivas se han fusionado para dirigirse hacia la Plaza de la Encarnación donde se han sucedido los discursos inaugurales, tanto de don Claudio Sanz y Torres, el obispo, como de don Antonio Álvarez de Toledo, décimo marqués de los Vélez. Tras finalizar, toda la comitiva ha entrada en Iglesia donde ha tenido lugar una liturgia con música cantada por la Coral Manuel de Falla de Vélez Rubio utilizando piezas de la época, con un tedeum escrito para la ocasión. Y después de la misa, en la Plaza de la Encarnación se ha celebrado lugar un baile de parrandas con la cuadrilla.

Iglesia de la Encarnación de Vélez-Rubio

La iglesia de la Encarnación de Vélez Rubio fue levantada entre 1573 y 1768, según los planos de Fray Pedro de San Agustín, por orden del Marqués de los Vélez y participación de todo el vecindario. Está edificada sobre la antigua Parroquia de San Pedro. Este templo constituye el edificio religioso más característico, valioso y espectacular del Barroco Almeriense del siglo XVIII.

Destaca su fachada con el escudo de la Anunciación y el escudo del X Marqués de Los Vélez Antonio de Toledo y Guzmán, entre sus dos torres de 37 metros de altura. De cruz latina, está dividida en tres naves, con una enorme cúpula coronando el crucero. En su interior sobresale su magnífico retablo de madera en el Altar Mayor, realizado por Francisco Zesta. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1981.