Día Mundial contra el Cáncer

España se sitúa entre los países de la UE con menores tasas de incidencia y mortalidad por cáncer

Un hospital de Granada realiza talleres de divulgación por el Día Mundial contra el Cáncer.

Un hospital de Granada realiza talleres de divulgación por el Día Mundial contra el Cáncer. / PHOTOGRAPHERSSPORTS

La tasa de incidencia y mortalidad del cáncer en España se encuentra entre las más bajas de la UE, según el Registro Europeo de Desigualdades frente al Cáncer, la segunda causa de mortalidad en la UE después de las enfermedades circulatorias.

En base a este registro, que proporciona datos sólidos y fiables con el fin de detectar tendencias, desigualdades y disparidades entre los Estados miembros y las distintas regiones, y de cara a la celebración este sábado del Día Mundial contra el Cáncer, la Comisión Europea, junto con la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), ha presentado los primeros perfiles nacionales de cáncer.

Este informe pone de manifiesto la diferencia en la mortalidad por cáncer entre los distintos países, que se eleva casi al doble, y que en ella existen grandes disparidades de género y a nivel socioeconómico. Además, revela que aunque el gasto en prevención ha aumentado en los últimos años, éste no supera el 3,4% del gasto total en sanidad.

En España, en 2020 se preveían 541 nuevos casos de cáncer por cada 100.000 habitantes (260.000 diagnósticos en total) y en 2019 se atribuyeron a esta enfermedad 218 muertes por cada 100.000 habitantes, una cifra inferior a la media de la UE. Las tasas estimadas de incidencia y mortalidad figuran entre las más bajas del bloque europeo, junto con Suecia, Finlandia, Malta y Chipre. La mortalidad total por esta enfermedad ha disminuido en un 11% en España desde 2011, sobre todo en los hombres (14 %), lo que supone una reducción más rápida que el promedio de la UE del 8%.

En la última década, la supervivencia de los pacientes de cáncer tras el diagnóstico ha aumentado en la mayoría de los tipos de cáncer en España, y en particular en los de colon, próstata y recto. Las tasas de supervivencia a los cinco años son ligeramente superiores a la media del conjunto de los países de la UE, salvo en el caso del cáncer de pulmón. Los progresos realizados en fases tardías del cáncer también han impulsado en gran medida la mejora de la supervivencia global.

La mortalidad por tumores de vejiga, estómago, próstata, colorrectal y mama es la que más ha disminuido, frente a la de páncreas, que ha aumentado casi un 10% desde 2011. Y dentro del territorio nacional también existen importantes diferencias entre comunidades: mientras Madrid registró la tasa global de mortalidad por cáncer más baja en 2019, Asturias, la comunidad con la tasa más alta, está próxima a la media de la UE.

Alto coste sanitario

Los costes económicos directos e indirectos del cáncer están aumentando en todos los países debido a la mayor incidencia, la mejora de las tasas de supervivencia y la disponibilidad de tratamientos más caros.

En 2018, el coste total estimado del cáncer en España fue de 12.100 millones de euros y representó el 10% del gasto público en asistencia sanitaria. Alrededor del 43% de este coste correspondió a costes directos (incurridos en el sistema sanitario), el 21% fueron costes de oportunidad de tiempo derivados de las prestación de cuidados no remunerados por parte de familiares y el 36% restante se debió a las pérdidas de productividad atribuidas a la morbilidad y a la mortalidad prematura.

En general, el coste económico del cáncer representó 285 euros por cápita en España en términos de paridad del poder adquisitivo, una cifra inferior a la media de la UE, de 326 euros. No obstante, el gasto en prevención en 2020 se situó en el 3,2% del gasto sanitario actual, por debajo de la media de la UE (3,4%).

Entre los principales factores de riesgo asociados al cáncer en España, el consumo de tabaco sigue siendo superior al promedio de la UE, mientras que la exposición a la contaminación atmosférica se sitúa en valores similares a la media.

La importancia de la prevención

Las tasas de participación en los programas de cribado de cáncer colorrectal y de cuello uterino (cérvix) en 2019 fueron ligeramente inferiores en España que en la UE, pero no así en el de mama. Ese año, alrededor del 74% de las mujeres españolas de entre 50 y 69 años afirmaron haberse realizado una mamografía en los dos últimos años, frente al 66% el conjunto de la UE. No obstante, en este aspecto vuelven a quedar patentes las desigualdades socioeconómicas, ya que las bajas tasas de participación en los programas de cribado se concentraron en los grupos de mujeres con menor nivel de estudios y de ingresos. La reasignación de recursos para contener la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid también ha contribuido a los retrasos en los cribados y la prestación de la asistencia. No obstante, la aplicación de estas directrices es competencia de las comunidades autónomas, lo que provoca diferencias de cobertura y participación entre ellas.

El 56% de las mujeres españolas de 15 años o más declararon haberse hecho una citología cervical en los últimos tres años, una proporción inferior a la de la mayoría de los países de la UE (60%). Las tasas son considerablemente mayores entre las mujeres con un nivel educativo elevado (74%) y las de renta alta (68%).

Respecto al cribado de cáncer colorrectal, la proporción de la población española entre 50 y 64 años que declaró haber participado en él en los dos últimos años se situó en torno al 30%, ligeramente por debajo de la media de la UE (33%).

Por otro lado, el porcentaje de niñas españolas de 15 años que habían recibido las dosis recomendadas de la vacuna contra el VPH (virus del papiloma humano) aumentó del 58% en 2012 al 80% en 2020. A lo largo de 2022, se implantó la vacuna contra el VPH en niños en algunas comunidades y, recientemente, el Ministerio de Sanidad y los Gobiernos autonómicos han llegado a un acuerdo para introducir esta vacunación en niños de entre 11 y 12 años en el resto de España en 2023.

Calidad asistencial

La calidad asistencial ha aumentado durante la última década, con tasas de supervivencia a los cinco años que se sitúan por encima de las medias de la UE para la mayoría de los tipos de cáncer.

En España, ésta también es desigual entre las distintas comunidades. Por ejemplo, la duración media de la estancia hospitalaria de una mujer con cáncer de mama en Cataluña duplica la duración de la estancia en Valencia. Lo mismo ocurre con la disponibilidad de equipos de radioterapia. En 2019, España contaba con 236 equipos de radioterapia en hospitales y el sector ambulatorio, la segunda cifra más alta de la UE después de Italia. Pese a que ello, seis provincias (Ávila, Huesca, Palencia, Segovia, Soria, Teruel) y las dos ciudades autónomas no disponían de equipos en sus territorios.

De la misma forma, también existen importantes diferencias autonómicas con respecto al tiempo transcurrido entre el establecimiento de las condiciones de precio y reembolso de los nuevos fármacos oncológicos y la aprobación de su prescripción en hospitales, lo que se traduce en desigualdades de acceso.

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