La ‘semana horribilis’ del Almería, en la que perdió la imbatibilidad y el gol
UD ALMERÍA | LA CONTRACRÓNICA
Entre miércoles y sábado se esfumaron las dos señales de identidad del equipo rojiblanco: invicto durante nueve jornadas y fiable de cara a puerta durante 19 partidos
Un empate ante el Huesca que sabe a poco: "Estamos enfadados y jodidos por el resultado"
Hay momentos a lo largo del año que marcan las temporadas de un equipo. En solo cuatro días, la Unión Deportiva Almería pasó de presumir de una imbatibilidad que les dejó a las puertas del liderato y de una pólvora que era la seña de identidad del equipo rojiblanco a perder ambas etiquetas en un abrir y cerrar de ojos. El pasado miércoles, el conjunto indálico rompió la racha de nueve jornadas consecutivas sin derrotas en Ceuta y culminó esta historia ante el Huesca, en una de esas citas que siempre aparecen por el camino en el que, de golpe y porrazo, se le apagó la puntería.
Una ‘semana horribilis’ que no arranca el miércoles, sino el pasado 9 de noviembre. En el Estadio Municipal Alfonso Murube, el Almería vivió sus únicos minutos de los últimos dos meses por debajo en el marcador hasta que Adrián Embarba igualó la contienda. Un mal presagio que continuó con la suspensión del partido, la polémica para elegir una fecha para la reanudación y un nuevo viaje a la ciudad autónoma. La controversia rodeó a un encuentro en el que Morilla Turrión cayó en la trampa de Anuar y el cuadro almeriense sufrió en sus carnes una de las acciones más surrealistas de la temporada en el aspecto arbitral. Un revés que prosiguió en las siguientes horas con declaraciones desde Ceuta que caldearon aún más el ambiente.
Sin embargo, el duelo contra el Huesca era la oportunidad perfecta para mostrar esa sed de venganza y amor propio por parte del vestuario. La respuesta se produjo en la jornada sabatina, pero la incapacidad de descorchar el champán terminó con una UDA estrellándose una vez tras otra en la muralla de los oscenses. El conjunto de Jon Pérez ‘Bolo’ cimentó una defensa numantina en la que el principal objetivo fue acumular futbolistas en el pasillo central para impedir que los locales hilvanasen la aguja con combinaciones. Un entramado que se protegió como gato panza arriba ante un equipo que había visto portería en todos los compromisos de esta campaña y en sus últimos 19 precedentes.
La racha goleadora llegó a su fin y la cuenta volvió a cero. “Había que culminar alguna jugada. Dani Jiménez ha hecho buenas paradas, pero podríamos haber forzado alguna situación más. La pena es que, a la que se han abierto un poco, hemos caído en fuera de juego en el gol anulado. Hemos tenido insistencia, pero nos ha faltado que alguien se invente un disparo magnífico o conseguir más en los centros laterales. Algo hemos hecho mal si nos ha faltado algo dentro del área”, aseguró Joan Francesc Ferrer Sicilia 'Rubi'.
No sabemos si fue antes el huevo o la gallina, si la defensa del Huesca empujó al Almería hacia los costados o si el plan ya venía así de fábrica, pero lo cierto es que el plantel unionista se aferró a los centros laterales con una insistencia casi obsesiva. Hasta 53 balones colgados al área intentaron los rojiblancos, con menos de un treinta por ciento de acierto (14/53) y casi triplicando la media de la temporada en esta faceta del juego. No había tantos centros desde la primera jornada contra el Albacete (40), en una cita en la que se marcaron cuatro tantos.
Misma semana que hace diez meses
Asimismo, en ese duelo ante los manchegos, el Almería sumó 31 disparos y 17 saques de esquina. Contra los aragoneses, el conjunto indálico completó 24 remates y 13 córneres, pero con la diferencia de que no se batió la meta de Dani Jiménez. El balón parado fue un borrón en un contexto en el que se le dieron muchas facilidades a la zaga rival, protegida por un Jorge Pulido estelar. La insistencia en cargar el área con un perfil como Thalys, mucho más cómodo asociándose con los Embarba, Arribas y Puigmal, fue un error que no terminó de subsanarse desde el banquillo.
Casualidad o no, el Almería firmó un idéntico partido contra el Huesca el pasado curso (0-0), en un día en el que la ausencia de Suárez fue la primera justificación para explicar por qué no se vio portería. Sin embargo, esa semana también supuso una doble decepción, ya que se perdió en la Copa del Rey contra el Leganés (2-3), con el mismo resultado y en el mismo día que contra el Ceuta. Un pequeño bache en el camino que se produce en el peor tramo de partidos del curso, con el inicio de un carrusel de seis encuentros en 22 días en el caso de superar la siguiente eliminatoria del ‘torneo del KO’. Una maratón que terminará de posicionar al conjunto rojiblanco en la tabla clasificatoria de LaLiga Hypermotion y abrirá la posibilidad de que un Primera División visite el Estadio de los Juegos Mediterráneos.
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