Sequía

Feragua reclama emergencia para las obras hidráulicas

La presa  de La Viñuela al 15,9% de su capacidad total.

La presa de La Viñuela al 15,9% de su capacidad total.

La urgente necesidad de que se acometan las obras hidráulicas previstas en los planes hidrológicos es una demanda reiterada por la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía Feragua, entidad que ahora incluye esa petición en las alegaciones que prepara para el próximo Plan Especial de Sequía de la Cuenca, actualmente en período de consulta pública.

La organización reclama que el nuevo Plan active automáticamente la declaración de emergencia de las obras hidráulicas aprobadas en la planificación hidrológica cuando se llegue a situación de sequía severa. Durante su intervención en la Jornada celebrada en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para debatir sobre el próximo Plan Especial de Sequía de la Cuenca, el presidente de los regantes andaluces, José Manuel Cepeda, puso el ejemplo de lo que ocurrió en 1983, cuando el Gobierno de Felipe González aceleró o puso en marcha por la vía de urgencia hasta catorce grandes presas en Andalucía, que fueron fundamentales para aliviar el impacto de las sequías del 92-95 y sobre todo del 2006-08, cuando todos esos embalses ya estaban operativos.

“Por desgracia, la planificación hidrológica solo contempla en el horizonte hasta 2027 la ejecución de una presa (el recrecimiento del Agrio en Sevilla) y el estudio de alternativas y redacción de proyecto de los embalses de Cerrada de la Puerta en Jaén y San Calixto en Córdoba. Pedimos que se aceleren los plazos y podamos iniciar la ejecución de esas tres presas antes de ese año, como se hizo en los años 80 con un Decreto de Sequía que aceleró la ejecución de numerosas presas en Andalucía”, explicó Cepeda, quien también se refirió a la urgencia de la modernización del arroz, en Sevilla, y de otros sistemas como Vega de Jaén y Rumblar, en Jaén, y Albolote, en Granada, y de un plan de balsas de riego para aprovechar las aguas de escorrentías.

Los regantes piden además, junto a los usuarios de abastecimiento e hidroeléctricos, la disminución de los caudales ecológicos cuando haya restricciones en el uso del agua, pues “el medioambiente no puede estar por encima del hombre”. “Si hay restricciones para el abastecimiento, el riego y la industria, carece de lógica mantener iguales los caudales ecológicos. La disminución de estos se tiene que indexar no solo al índice pluviométrico (SPI), sino a un índice que califique la escasez hídrica –las restricciones a los usuarios-, de modo que cuando haya restricciones en los usos se pueda disminuir también el agua que se reserva con fines medioambientales”, explicó el presidente de Feragua.

Cepeda destacó la importancia de incluir en épocas de sequía programas especiales de control y vigilancia de la demanda, que deben extenderse a todos los usuarios y no solo de las grandes zonas regables, que son las que hoy día ya están controladas con caudalímetros en el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la CHG -el sistema de telecontrol de los contadores de agua de usuarios-. “Es necesario que desde el Plan de Sequías se impulse el control y vigilancia de tomas directas y comunidades que no se encuentran registradas en el SAIH, y que se aprovechen los fondos del Perte Digital destinado a las Confederaciones Hidrográficas para integrar en ese sistema la mayor parte de las tomas de agua de regadío”, explicó.

Política de regadíos

También el secretario general de Feragua, Pedro Parias, y el responsable de su departamento técnico, Francisco Carrasco, asistieron recientemente a una jornada con representantes de la Dirección general de Producción Agrícola y Ganadera de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Sostenible para analizar las necesidades de la política de regadíos en el ámbito de Andalucía, al objeto de poder orientar las nuevas líneas de ayudas que se vayan desarrollando en el marco del nuevo período de fondos Feader 2022-2027.

Plantearon la necesidad de un mayor presupuesto para atender las demandas de mejora del regadío existentes, demandaron la ampliación del límite de cinco millones de euros de ayuda por proyecto, y reivindicaron prioridad para las ayudas a la ejecución de balsas de riego, pidiendo que tengan un presupuesto específico dedicado a tal fin, pues son claves en una situación de sequía.

En cuanto a la situación actual, Feragua indica que las últimas lluvias han dejado 4 hm3 más en el conjunto de los embalses andaluces, que son 25 hm3 más en el caso del Guadalquivir, donde ha llovido más y el saldo positivo es mucho mayor, si se tiene en cuenta el volumen ahorrado en los desembalses previstos en estos días, y que se han evitado gracias a las precipitaciones. Estamos hablando de casi 70 hm3 en la Regulación General que hace a los regantes albergar esperanzas de que “tal vez se permita continuar los riegos en septiembre, lo que sería fundamental para salvar la arboleda”.

En concreto, en esta cuenca, el nivel mínimo de almacenamiento se alcanzó el 26 de mayo, cuando se llegó a 1905 hm3. Desde entonces, en lugar de seguir bajando, como hubiera sido lo lógico en una campaña normal, gracias a las precipitaciones que se han producido, el nivel, a 6 de junio, ha subido a 1930 hm3. “Nunca mejor dicho, la lluvia ha venido como agua de mayo y ha sido beneficiosa de forma general para todos los cultivos, salvo en casos concretos de lluvias torrenciales o granizadas, que han hecho mucho daño en localidades como Los Palacios en Sevilla”, señalan.

Agua embalsada

En el resto de cuencas, el volumen de agua se ha mantenido o descendido ligeramente. Así, en la última semana, en la Guadalete Barbate el nivel de embalsamiento ha descendido unos 9 hm3, hasta 406 hm3, menos, en cualquier caso, de lo que hubiera disminuido sin las lluvias. En la Cuenca Mediterránea andaluza, por su parte, ha bajado apenas 2 hm3, de 404 a 402, mientras que en el Tinto-Odiel-Piedras prácticamente se ha mantenido.

Feragua se muestra satisfecha por el resultado de la primera semana de junio. Advierte que la situación hidrológica “sigue siendo muy mala, pero esperemos que estas precipitaciones sean el preludio de un cambio de ciclo meteorológico en el próximo otoño”.

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